Las 9 enfermedades de la boca más comunes

La boca es una de las partes más importantes de nuestro cuerpo y está expuesta constantemente al medio externo, por lo que puede sufrir el ataque de muchos patógenos dispuestos a infectarnos. Esta exposición hace que sea una de las regiones del cuerpo cuya higiene debemos cuidar con mayor frecuencia.

De lo contrario, podemos desarrollar problemas bucales, los cuales son muy comunes en la población y, de hecho, prácticamente todo el mundo ha sufrido – o sufrirá – alguno de estos problemas. Su gravedad puede ir desde síntomas molestos hasta comprometer la salud de todo el cuerpo, por lo que es importante conocer cómo surgen estas afecciones.

Por ello, en el artículo de hoy presentaremos las 9 enfermedades que afectan a la boca y a los dientes más frecuentes, analizando tanto sus causas como sus síntomas, así como las formas de prevenirlas y los tratamientos asociados.

¿Por qué es tan importante la higiene bucal?

La frase «hay que cepillarse los dientes dos veces al día» se dice por un motivo. Y es que la boca es, quizás, la parte de nuestro cuerpo que está más expuesta a las amenazas externas. Es a través de ella que comemos, por lo que si quedan restos en ella, los patógenos pueden crecer. Y es también la puerta de entrada de muchos gérmenes que se transmiten a través de los fluidos corporales.

Esta continua incidencia de microorganismos hace que la boca pueda enfermar con mucha frecuencia, convirtiendo a trastornos como la inflamación de encías, las caries, las llagas, las úlceras, etc, en trastornos muy comunes en gente que no cuida su higiene bucal.

Y una buena higiene bucal incluye no solo cepillarse los dientes y usar el hilo dental, sino que consiste también en cuidar la alimentación y evitar el tabaquismo, pues es uno de los factores de riesgo más importante a la hora de desarrollar enfermedades bucales.

¿Pueden resultar peligrosas las enfermedades de la boca?

A continuación veremos las enfermedades de la boca más comunes y, pese a que algunas puedan parecer poco graves, es importante tener en cuenta que estas pueden derivar en trastornos mucho más serios.

Determinadas enfermedades bucales no solo provocan dolor o pérdida de dientes, sino que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Algunas de ellas, además, son síntoma de trastornos como la diabetes, la leucemia, el cáncer de boca, enfermedades renales, etc, por lo que la salud bucal es un tema que hay que tener muy en cuenta.

La mala salud bucal conduce, primero, a síntomas molestos y dolorosos en la boca que, de no ser tratados como es debido, pueden derivar en trastornos que sí que resultan un problema para todo el organismo.

¿Cuáles son las enfermedades bucales más frecuentes?

De acuerdo a la OMS, las de la boca son las enfermedades no transmisibles más frecuentes en el mundo. De hecho, se estima que cerca de la mitad de la población mundial sufre alguna de ellas. Esto significa que más de 3.500 millones de personas tienen alguna enfermedad bucal, siendo las caries el trastorno más común.

Teniendo en cuenta la importancia de la higiene bucal y los problemas que pueden derivar de estos trastornos, a continuación presentamos algunas de las enfermedades de la boca más comunes.

Caries dental

Las caries son uno de los problemas de salud más frecuentes en el mundo. Consisten en la perforación de los dientes por parte de poblaciones microbianas, las cuales forman la placa dental si no se respetan las normas de higiene bucal y abren orificios en los dientes.

Los síntomas aparecen cuando el daño por parte de las bacterias llega a las capas más profundas de los dientes. En ese momento, la sintomatología es muy dolorosa e incluye: manchas negras en los dientes, dolor agudo sin causa aparente, mucha sensibilidad dental, dolor al morder, dolor al beber algo frío o caliente, formación de hoyos en los dientes…

Las caries deben tratarse rápidamente para evitar que dañen a capas más internas, pudiendo provocar la pérdida de dientes. Si las caries se tratan antes de que el dolor sea muy fuerte, es posible que los enjuagues con flúor sean suficientes. Si está en etapas avanzadas, habrá que recurrir a los empastes, a una endodoncia o incluso puede que sea necesario extraer los dientes dañados.

Gingivitis

La gingivitis es una enfermedad bucal caracterizada por la inflamación, enrojecimiento y sensibilidad de las encías, la parte de la piel que rodea los dientes por su base, a causa del ataque de las bacterias que forman la placa dental si no se respeta la higiene bucal.

Unas encías sanas deben ser de color rosa pálido y estar bien sujetas a los dientes. Cuando hay esta gingivitis, las encías se vuelven de color rojo y «bailan» en su unión con los dientes. La sintomatología más común incluye: sangrado al cepillarse los dientes, mal aliento, inflamación de las encías, sensibilidad al frío, etc.

Para evitar que la gingivitis derive en otras enfermedades de las encías más graves, hay que solicitar atención cuando se observen los primeros síntomas. El tratamiento consistirá en una limpieza dental por parte de un dentista, el cual eliminará la placa dental, resolviendo así el problema al poco tiempo.

Llagas bucales

Las llagas, aftas o úlceras bucales son pequeñas lesiones superficiales que aparecen en el epitelio de la boca o en las encías. La causa de su aparición sigue sin estar demasiado clara, pues no parece que sea fruto de una infección, pudiendo presentarse en cualquier persona. Se cree, sin embargo, que surgen por combinación de factores como cambios hormonales, la dieta, lesiones en la boca, alergias, etc.

Las llagas pueden ser de distinto tamaño y ser más o menos dolorosas, aunque en ocasiones el dolor y el ardor puede llegar a ser muy molesto y dificultar tanto el comer como el hablar. De todos modos, no suelen derivar en problemas graves y tienden a desaparecer por sí solas después de una o dos semanas.

Pese a que existen algunas pomadas, enjuagues bucales e incluso medicamentos que aseguran resolver las llagas, lo cierto es que todavía no se dispone de un tratamiento totalmente efectivo. La única manera es esperar a que desaparezcan por sí mismas.

Halitosis

La halitosis, popularmente conocida como «mal aliento», es un trastorno bucal en el que, a causa de malos hábitos (alimentación poco sana y tabaquismo), infecciones en la boca, mala higiene bucal, etc, la persona emite olores desagradables por la boca.

La única sintomatología es el mal aliento, aunque dependiendo de su gravedad, puede afectar en gran medida a la calidad de vida de la persona. Por ello, hay que localizar la causa de fondo de este trastorno y tratarlo.

Las pastillas de menta, los sprays contra el mal aliento, los enjuagues bucales y los chicles son solo medidas para combatir puntualmente el mal aliento, pero no resuelven el problema. Muchos de los casos de halitosis pueden resolverse por completo si se acude a un dentista, el cual encontrará el motivo del mal aliento y, dependiendo de cuál sea, orientará a la persona para que cambie algún hábito o bien ofrecerá tratamiento.

Candidiasis oral

La candidiasis oral es una enfermedad bucal causada por el hongo «Candida albicans», una especie de microorganismo que habita de forma natural la boca pero que, en ocasiones, puede comportarse como patógeno y hacer que desarrollemos este trastorno.

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A causa de una debilitación del sistema inmune, tener una mala higiene bucal, padecer diabetes, tomar antibióticos (alteran las poblaciones de la microbiota) o sufrir alguna de las enfermedades bucales que hemos visto, es posible que este hongo prolifere en exceso, llevando a la persona a sufrir distintos síntomas.

La sintomatología más frecuente incluye: aparición de lesiones blancas en la boca, inflamación que puede ser muy molesta, sangrado durante el cepillado, pérdida del gusto… El principal problema es que el hongo se extienda hasta el esófago, en cuyo caso se puede ser bastante dolor al tragar. De todos modos, más allá de esta complicación, no deriva en mayores problemas.

El tratamiento consiste en, en primer lugar, identificar la causa de fondo de la proliferación excesiva de este hongo para evitar que vuelva a suceder en el futuro y, en segundo lugar, recetar medicamentos antifúngicos.

Periodontitis

La periodontitis es una gingivitis llevada al extremo. Se trata de una enfermedad bucal en el que la placa dental ha dañado tanto a las encías que ha destruido el hueso que sostiene los dientes, pudiendo provocar la pérdida de estos.

La sintomatología es la misma que la gingivitis, aunque en este caso se siente más dolor al masticar, la inflamación y el enrojecimiento son mayores, se nota que los dientes están aflojados, sangran mucho más, etc.

Y no solo eso, pues se sabe que una periodontitis puede derivar en problemas de salud mucho más graves. Las bacterias responsables de ella pueden pasar al torrente sanguíneo y llegar a otros órganos, provocando enfermedades cardíacas y respiratorias, trastornos en las articulaciones o accidentes cerebrovasculares.

El mejor tratamiento es haber combatido previamente la gingivitis, pues las terapias para curar la periodontitis son más difíciles. En este caso, deberá realizarse un raspado dental (una limpieza dental más exhaustiva), administrarse antibióticos e, incluso, someterse a procedimientos quirúrgicos en caso de que la enfermedad esté muy avanzada.

Sequedad de boca

La sequedad de boca o xerostomía es un trastorno bucal en el que las glándulas salivales no producen la suficiente cantidad de saliva, por lo que la persona nota que en su boca no hay suficiente humedad. La causa suele ser haber tomado ciertos medicamentos (que provocan esto como efecto secundario), haberse sometido a un tratamiento contra el cáncer o, en menor medida, un trastorno de las glándulas salivales.

Los síntomas son básicamente la sequedad de boca y la consecuente dificultad para tragar y hablar, además del mal aliento y de alteraciones en el sentido del gusto. De todos modos, el principal problema es que, al no tener suficiente saliva, es más posible que aparezcan las enfermedades bucales que hemos visto anteriormente, pues es esta saliva el componente que más nos protege del ataque de patógenos.

El tratamiento consiste en corregir la causa de fondo, aunque un médico puede recomendar la administración de determinados enjuagues que ayudan a humidificar la boca e incluso puede recetar, en caso más graves, medicamentos que estimulen la actividad de las glándulas salivales.

Leucoplasia

La leucoplasia es una enfermedad bucal caracterizada por la aparición de placas blanquecinas en la superficie de la lengua o en las encías. Pese a que sus causas no están demasiado claras, se sabe que el alcohol y el tabaco son los dos factores de riesgo más importantes.

La leucoplasia no suele provocar dolor, simplemente se presenta como parches blancos en el epitelio bucal que no pueden eliminarse mediante el raspado con el cepillo. El problema es que se sabe que aumenta las probabilidades de sufrir cáncer de boca y suele ser síntoma de otra afección bucal.

El tratamiento consiste en extraer los parches mediante bisturí y seguir haciendo controles rutinarios para controlar el progreso del trastorno. Generalmente, dejar de fumar o de beber suele ser suficiente para que no vuelvan a haber episodios.

Cáncer de boca

El cáncer de boca no es uno de los más comunes, aunque se dan más de 350.000 casos nuevos cada año. Puede afectar a los labios, encías, paladar, lengua y a cualquier otra parte de la boca. El consumo excesivo de alcohol y de tabaco suelen ser las principales causas.

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Los síntomas más comunes son la aparición de llagas, dolor bucal, sensibilidad en las encías, dificultad para tragar y hablar, dientes «sueltos», protuberancia dentro de la boca… El tratamiento dependerá de lo avanzado que se encuentre el cáncer y del estado de salud general de la persona.

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Referencias bibliográficas

  • Shah, N. (2018) «Oral and dental diseases: Causes, prevention and treatment strategies». Burden of Disease in India.
  • World Dental Federation. (2015) «The Challenge of Oral Diseases». FDI.
  • Department of Health and Children. (1999) «Oral Health». Oral Health Services Research Centre.National University of Ireland, Cork, and The Dental Health Foundation, Ireland.

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