Biología para no profesionales I

Resultados de aprendizaje

  • Describa los objetivos de las ciencias básicas y las ciencias aplicadas

La comunidad científica ha debatido durante las últimas décadas sobre el valor de los diferentes tipos de ciencia. ¿Es valioso dedicarse a la ciencia por el simple hecho de adquirir conocimientos, o el conocimiento científico sólo tiene valor si podemos aplicarlo para resolver un problema concreto o mejorar nuestras vidas? Esta pregunta se centra en las diferencias entre dos tipos de ciencia: la ciencia básica y la ciencia aplicada.

La ciencia básica o «pura» busca ampliar el conocimiento independientemente de la aplicación a corto plazo de ese conocimiento. No se centra en desarrollar un producto o un servicio de valor público o comercial inmediato. El objetivo inmediato de la ciencia básica es el conocimiento por el conocimiento, aunque esto no significa que al final no pueda dar lugar a una aplicación.

En cambio, la ciencia aplicada o «tecnología», tiene como objetivo utilizar la ciencia para resolver problemas del mundo real, haciendo posible, por ejemplo, mejorar el rendimiento de un cultivo, encontrar una cura para una determinada enfermedad o salvar a los animales amenazados por un desastre natural. En la ciencia aplicada, el problema suele definirse para el investigador.

Algunas personas pueden percibir la ciencia aplicada como «útil» y la ciencia básica como «inútil». Una pregunta que estas personas podrían plantear a un científico que defendiera la adquisición de conocimientos sería: «¿Para qué?». Sin embargo, una mirada atenta a la historia de la ciencia revela que los conocimientos básicos han dado lugar a muchas aplicaciones notables de gran valor. Muchos científicos piensan que es necesario un conocimiento básico de la ciencia antes de desarrollar una aplicación; por tanto, la ciencia aplicada se basa en los resultados generados a través de la ciencia básica. Otros científicos piensan que ha llegado el momento de dejar de lado la ciencia básica y, en su lugar, encontrar soluciones a problemas reales. Ambos enfoques son válidos. Es cierto que hay problemas que exigen una atención inmediata; sin embargo, pocas soluciones se encontrarían sin la ayuda de los conocimientos generados a través de la ciencia básica.

Un ejemplo de cómo la ciencia básica y la aplicada pueden trabajar juntas para resolver problemas prácticos ocurrió después de que el descubrimiento de la estructura del ADN condujera a la comprensión de los mecanismos moleculares que rigen la replicación del ADN. Las cadenas de ADN, únicas en cada ser humano, se encuentran en nuestras células, donde proporcionan las instrucciones necesarias para la vida. Durante la replicación del ADN, se hacen nuevas copias del mismo, poco antes de que una célula se divida para formar nuevas células. La comprensión de los mecanismos de replicación del ADN permitió a los científicos desarrollar técnicas de laboratorio que ahora se utilizan para identificar enfermedades genéticas, localizar a los individuos que estaban en la escena de un crimen y determinar la paternidad. Sin la ciencia básica, es poco probable que exista la ciencia aplicada.

Figura 1. El Proyecto Genoma Humano fue un esfuerzo de colaboración de 13 años entre investigadores que trabajan en varios campos científicos diferentes. El proyecto se completó en 2003. (Crédito: Programas del Genoma del Departamento de Energía de EE.UU.)

Otro ejemplo del vínculo entre la investigación básica y la aplicada es el Proyecto del Genoma Humano, un estudio en el que se analizó y cartografió cada cromosoma humano para determinar la secuencia precisa de las subunidades de ADN y la ubicación exacta de cada gen. (El gen es la unidad básica de la herencia; la colección completa de genes de un individuo es su genoma). En el marco de este proyecto también se han estudiado otros organismos para conocer mejor los cromosomas humanos. El Proyecto Genoma Humano (Figura 1) se basó en la investigación básica realizada con organismos no humanos y, posteriormente, con el genoma humano. Un importante objetivo final pasó a ser el uso de los datos para la investigación aplicada en busca de curas para enfermedades relacionadas con la genética.

Aunque los esfuerzos de investigación, tanto en la ciencia básica como en la aplicada, suelen estar cuidadosamente planificados, es importante señalar que algunos descubrimientos se realizan por serendipia, es decir, mediante un accidente afortunado o una sorpresa afortunada. La penicilina se descubrió cuando el biólogo Alexander Fleming dejó accidentalmente abierta una placa de Petri con la bacteria Staphylococcus. Un moho indeseado creció, matando a las bacterias. El moho resultó ser Penicillium, y se descubrió un nuevo antibiótico. Incluso en el mundo altamente organizado de la ciencia, la suerte -cuando se combina con una mente observadora y curiosa- puede conducir a avances inesperados.

Informar sobre el trabajo científico

Independientemente de que la investigación científica sea ciencia básica o ciencia aplicada, los científicos deben compartir sus descubrimientos para que otros investigadores los amplíen y se basen en ellos. La comunicación y la colaboración dentro y entre las subdisciplinas de la ciencia son fundamentales para el avance del conocimiento en la ciencia. Por ello, un aspecto importante del trabajo de un científico es la difusión de los resultados y la comunicación con sus colegas. Los científicos pueden compartir los resultados presentándolos en una reunión o conferencia científica, pero este enfoque sólo puede llegar a los pocos presentes. En cambio, la mayoría de los científicos presentan sus resultados en artículos revisados por pares que se publican en revistas científicas. Los artículos revisados por pares son documentos científicos que son revisados por los colegas de un científico, o compañeros. Estos colegas son personas cualificadas, a menudo expertos en la misma área de investigación, que juzgan si el trabajo del científico es adecuado o no para su publicación. El proceso de revisión por pares ayuda a garantizar que la investigación descrita en un artículo científico o en una propuesta de subvención sea original, significativa, lógica y exhaustiva. Las propuestas de subvención, que son solicitudes de financiación de la investigación, también están sujetas a la revisión por pares. Los científicos publican su trabajo para que otros científicos puedan reproducir sus experimentos en condiciones similares o diferentes para ampliar los hallazgos. Los resultados experimentales deben ser coherentes con los hallazgos de otros científicos.

Hay muchas revistas y la prensa popular que no utilizan un sistema de revisión por pares. Actualmente existe un gran número de revistas online de acceso abierto, revistas con artículos disponibles sin coste, muchas de las cuales utilizan sistemas rigurosos de revisión por pares, pero otras no. Los resultados de cualquier estudio publicado en estos foros sin revisión por pares no son fiables y no deben servir de base para otros trabajos científicos. En una excepción, las revistas pueden permitir que un investigador cite una comunicación personal de otro investigador sobre resultados no publicados con el permiso del autor citado.

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