La Quinta Sinfonía de Ludwig van Beethoven se estrenó en 1808 y fue elogiada como «una de las obras más importantes de la época» por el crítico E.T.A. Hoffman. Susan Lewis, de WRTI, explora por qué, en los más de 200 años transcurridos desde entonces, la obra conserva su extraordinario atractivo.
Has oído esas cuatro primeras notas, citadas en composiciones clásicas y populares, referenciadas en el cine y la televisión. Ese mismo motivo rítmico (que en Código Morse, deletrea V de Victoria) abría las emisiones de radio de la BBC durante la Segunda Guerra Mundial.
¿Y la propia sinfonía? Es una de las más reconocidas en la historia de la música. El director de orquesta Christoph Eschenbach la califica de «fenomenal»
Escuche en WRTI 90.1 el domingo 6 de septiembre a las 13:00 horas la retransmisión de La Orquesta de Filadelfia dirigida por Yannick Nézet-Séguin, en un programa que incluye las Sinfonías Quinta y Sexta de Beethoven
No tiene predecesor. No tiene sucesor en la competición. El primer movimiento es una de las ideas más modernas para tener un lema como, ‘Ba-ba-bum, ba-ba-bum’. Y construir a partir de esta pequeña pieza todo un movimiento es fenomenal. En realidad es a través de toda la sinfonía. Viene una y otra vez este motivo.»
Beethoven comenzó su Quinta Sinfonía en 1804, y sabía que se iba a quedar sordo. La escribió a lo largo de casi cuatro años, cuando también estaba ocupado en otras composiciones, incluyendo cuartetos de cuerda, conciertos y otras dos sinfonías. Luchando contra el destino, convocó el desafío y el triunfo, con una innovación trascendente.
«La otra cosa que es muy muy sorprendente y que nunca se había escrito antes», dice Eschenbach, «es la transición del tercer movimiento al último. Este misterioso con timbales, tan suave como posible…. es un misterio, y luego rompe en Do Mayor».
La Quinta Sinfonía de Beethoven se estrenó en un concierto en 1808. A lo largo del siglo siguiente y más allá, varias nuevas orquestas americanas la eligieron para sus conciertos inaugurales, incluyendo La Filarmónica de Nueva York en 1842, y en 1900, La Orquesta de Filadelfia.