Una mirada al interior de la isla del Pacífico de Yap, donde una exabogada de Nueva York fue asesinada a tiros

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Por Ebony Bowden

16 de octubre de 2019 | 2:24am

La diminuta isla del Pacífico de Yap, en la que viven apenas 11.000 personas, era más conocida por su buceo con esnórquel y sus inmersiones en pecios antes de que la fiscal general en funciones del estado, Rachelle Bergeron, fuera asesinada a tiros el lunes.

Situada a 4.500 millas al oeste de Hawái, en el Océano Pacífico, la somnolienta isla-estado forma parte de los Estados Federados de Micronesia y se describe como uno de los lugares más remotos y pacíficos de la Tierra.

Pero esa paz se rompió esta semana cuando Bergeron, una antigua abogada de derechos humanos de la Gran Manzana, fue asesinada a tiros en la puerta de su casa; su perro también murió a tiros, según las autoridades.

Yap y la vecina Palau han sido descritas como algunos de los mejores lugares para bucear en el mundo y los turistas peregrinan por los arrecifes de las islas, las aguas cristalinas y la diversa vida marina.

Aún así, los visitantes no acuden en masa a Yap: el gobierno registró solo 4.000 visitantes anuales entre 2010 y 2017, informó el Japan Times el año pasado.

Micronesia está formada por 607 islas -de las cuales solo 65 están habitadas.

El PIB per cápita de Micronesia es de 3.015,23 dólares, y alrededor del 17 por ciento de los hogares de la isla de Yap viven por debajo del umbral de pobreza de necesidades básicas, según UNICEF.

La principal exportación del país son los filetes de pescado congelados, que vende a Tailandia, Japón, China y Corea del Sur.

Micronesia fue capturada por Japón durante la Primera Guerra Mundial y permaneció bajo control japonés hasta que se convirtió en territorio estadounidense en 1944 durante la Segunda Guerra Mundial.

Se convirtió en un estado soberano cuando EE.UU. le concedió la independencia en 1986, pero EE.UU. sigue siendo totalmente responsable de su seguridad.

Como parte de la duradera relación entre ambas naciones, los ciudadanos estadounidenses pueden trabajar y vivir en Micronesia sin necesidad de visado, un acuerdo recíproco para los ciudadanos de la isla que quieran trabajar en EE.UU.

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