Resumen
A pesar de que los problemas de sangrado representan el efecto secundario más común de los DIU y una importante razón médica para la interrupción de su uso, su patogénesis sigue sin entenderse del todo y todavía no se dispone de una terapia estándar universalmente aceptable. La inserción adecuada, el cambio de tamaño, material o forma del DIU, así como el ajuste personalizado para evitar incompatibilidades dimensionales, no mejoraron significativamente los problemas de sangrado asociados al DIU. La adición de cobre a los dispositivos inertes pareció mejorar ligeramente la hemorragia al reducir la actividad antifibrinolítica, pero probablemente se consiguió más al reducir el tamaño del dispositivo. Los dispositivos liberadores de hormonas parecen reducir significativamente la cantidad de hemorragia, pero la fase posterior a la inserción de manchas irregulares es una queja común. Los agentes antifibrinolíticos liberados localmente se probaron en investigaciones limitadas, pero el corto período de liberación del fármaco restringió su evaluación. La administración sistémica de agentes antifibrinolíticos y antiinflamatorios no esteroideos es prometedora para el control de la menorragia inducida por el DIU. La duración de la hemorragia y el manchado intermenstrual siguen siendo un problema clínico no resuelto que requiere una mayor evaluación. Esta área de preocupación clínica en el uso del DIU necesita una comprensión más profunda y la prueba de nuevos agentes, particularmente en el área de la liberación local de agentes antihemorrágicos.
PIP: Los problemas de sangrado representan el efecto secundario más común del uso del DIU y son un factor importante en la interrupción del DIU. La prevención y el tratamiento de los problemas de sangrado inducidos por el DIU dependen del control de las probables causas predisponentes o de la adición de factores que mejoren los mecanismos hemostáticos. Los enfoques mecánicos de este problema incluyen cambios en el tamaño, el material o la forma del DIU, mientras que los enfoques farmacológicos incluyen la administración local o sistémica de diversos agentes. La inserción adecuada, el ajuste personalizado para evitar incompatibilidades dimensionales o los cambios en el tamaño, el material o la forma del DIU no han conseguido mejorar de forma significativa los problemas de sangrado asociados al DIU. La adición de cobre a los dispositivos inertes parece mejorar ligeramente la hemorragia al reducir la actividad antifibrinolítica, aunque la mejora puede estar más relacionada con la reducción del tamaño del dispositivo. Los dispositivos liberadores de hormonas reducen significativamente la cantidad de hemorragias, pero a menudo se produce una fase de manchado irregular tras la inserción. Se han probado agentes antifibrinolíticos de liberación local en investigaciones limitadas, sin resultados concluyentes. La administración sistémica de agentes antifibrinolíticos y de antiinflamatorios no esteroideos tiene potencial para el control de la menorragia inducida por el DIU. La duración de la hemorragia y el manchado intermenstrual siguen siendo problemas clínicos no resueltos que requieren una mayor evaluación. Cuanto más se entienda la hemorragia inducida por el DIU y, por tanto, se controle, más probable será que se consigan mejores tasas de aceptación y continuación de esta forma de anticoncepción.