Tortuga de barro de Sonoyta

La tortuga de barro de Sonoyta ha evolucionado como especie acuática en una de las partes más secas del desierto de Sonora. Con pies palmeados y una capacidad innata para nadar, esta tortuga depende en gran medida de la poca agua que queda en el suroeste. La forma más fácil de identificar una tortuga de barro de Sonoyta es por su ubicación, ya que es la única tortuga que habita en su pequeñísima área de distribución.

ANTECEDENTES

La población estadounidense de este reptil único se ha reducido a un solo depósito dentro del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus, llamado Quitobaquito Springs. En México, estas tortugas habitan en un par de pequeñas secciones del Río Sonoyta que aún fluyen.

Quitobaquito Springs y el Río Sonoyta, como muchos hábitats acuáticos del suroeste, son ecosistemas amenazados. La principal amenaza: la extracción de agua subterránea. El descenso de las capas freáticas podría acabar por agotar el agua de la superficie, lo que significaría que las tortugas de barro de Sonoyta se enfrentarían a un montón de problemas.

NUESTRA CAMPAÑA

En 2005 el Centro presentó una petición ciudadana para incluir a la tortuga de barro de Sonoyta en la lista de especies en peligro de extinción de la Ley de Especies Amenazadas. Nos lanzamos a realizar esta acción después de que la especie languideciera durante ocho años como candidata a ser incluida en la lista -una designación que no ofrece ninguna protección federal-, pero no fue hasta que esta tortuga fue candidata durante 20 años que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos la protegió bajo la Ley de Especies en Peligro, en 2017.

Finalmente, en 2020, la tortuga obtuvo un hábitat crítico protegido por el gobierno federal: 12,3 acres en la cuenca del Río Sonoyta del Monumento Nacional Organ Pipe Cactus en el condado de Pima, un área fue ocupada por la única población conocida de tortugas de barro de Sonoyta que queda en los Estados Unidos – un estimado de 150 tortugas que viven en un pequeño estanque alimentado por un manantial a poco más de 100 metros de la frontera entre Estados Unidos y México. Esta designación de hábitat crítico es un paso bienvenido; por desgracia, la construcción sin ley del muro fronterizo podría dejar sin sentido las nuevas protecciones.El Centro sigue defendiendo a este increíble animal de todas sus amenazas.

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