Por Christina Smith, LMHC
Todos somos culpables de evitar cosas que no queremos hacer de vez en cuando. Es posible que dejemos que la ropa sucia se acumule, que evitemos confrontar a un amigo por algo que hizo y que nos molestó, o que esperemos hasta el último minuto para comenzar un proyecto para el trabajo o la escuela.
Es fácil evitar las cosas, especialmente cuando hay tantas cosas que preferiríamos hacer con nuestro tiempo. Pero, para aquellos que experimentan problemas de salud mental más graves, como la ansiedad y la depresión, la evitación puede empeorar los síntomas de esos problemas.
¿Qué es la conducta de evitación?
La evitación es una habilidad de afrontamiento desadaptativa que ofrece a la mente un escape de los pensamientos, sentimientos y/o experiencias incómodas. Puede parecer que evitar el malestar podría ser útil, sin embargo, el resultado es que nunca se aborda el problema real. De hecho, la evitación puede crear un ciclo de comportamiento que exacerba los sentimientos de ansiedad y depresión, haciendo mucho más difícil la resolución de problemas, el afrontamiento y la curación.
Por ejemplo, a alguien que se siente deprimido puede resultarle difícil salir de la cama por la mañana y puede evitar las responsabilidades diarias que le parecen estresantes. Puede quedarse en la cama hasta el mediodía, no desayunar, evitar pagar las facturas, no ir al gimnasio, etc. Cuando finalmente se levantan, tienen menos energía y menos tiempo para ocuparse de sus responsabilidades. La falta de energía y de tiempo probablemente les hará tener más pensamientos y sentimientos negativos. Entonces, pueden tener más conductas de evitación y, en última instancia, perpetuar el ciclo de la depresión.
Aquí hay algunos otros ejemplos de evitación:
Alguien puede evitar los desencadenantes como las personas, los lugares y las cosas que pueden incitar sentimientos incómodos. Las personas que sufren ansiedad social, por ejemplo, pueden evitar las multitudes o salir con un grupo de amigos. Evitar estas situaciones puede evitarles los sentimientos incómodos, pero también les impedirá aprender habilidades de afrontamiento efectivas para lidiar con situaciones sociales difíciles en el futuro.
Otro ejemplo podría ser alguien que experimenta problemas de relación. Dado que a la mayoría de nosotros no nos gustan los conflictos, es fácil encontrar formas de evitar enfrentarse a un problema. Especialmente cuando se trata de alguien en nuestra vida que nos importa. Las personas que se enfrentan a problemas matrimoniales pueden desviar la atención del problema cambiando de tema cuando surge. Además, pueden volverse pasivamente agresivos con su pareja o incluso alejarse completamente de ella. Este patrón de evasión se denomina a veces «evitación del conflicto». Cuando un problema subyacente nunca se aborda, puede quedar enterrado bajo los problemas y volverse aún más difícil de resolver.
La evitación es la mejor estrategia a corto plazo para escapar del conflicto, y la mejor estrategia a largo plazo para asegurar el sufrimiento.
Brendon Burchard
También es común que algunas personas eviten los sentimientos negativos participando regularmente en comportamientos de «adormecimiento». Esto puede darse en forma de beber más a menudo o con más peso, comer en exceso, hacer demasiado ejercicio, etc.; cualquier cosa que pueda reemplazar un sentimiento incómodo. Es importante tener en cuenta que estos comportamientos son sólo soluciones temporales. Pueden mantener los sentimientos fuera momentáneamente, pero tan pronto como el comportamiento adormecedor se detiene, los sentimientos se precipitan de nuevo, y las soluciones continúan evadiendo nuestro alcance.
Lo único que podemos querer evitar es la propia evitación. Cómo dejar de evitar:
- Reconoce y comprende que lo estás haciendo. Sé consciente de tus patrones de comportamiento y de cómo puedes estar evitando sentimientos o situaciones negativas en tu vida. Puede ser útil llevar un diario o un registro de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos para identificar más fácilmente dichos patrones.
- Practique un alivio eficaz del estrés. Aprenda técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda, el yoga, los diarios, el arte, etc. para combatir el estrés. Es importante encontrar técnicas que funcionen para usted. Hacer ejercicio regularmente y mantener una dieta equilibrada también puede ayudar a reducir el estrés.
- Recuerde que está bien sentirse incómodo y tener pensamientos y sentimientos negativos. Pasarán. Cuando nos permitimos sentir nuestros sentimientos, por fin podemos empezar el proceso de curación.
- Obtenga apoyo. La familia y los amigos son a veces las mejores fuentes de apoyo, pero también puede ser útil encontrar otras fuentes, como un terapeuta o un grupo de apoyo que pueda proporcionar diferentes perspectivas.
Muchas veces, acabar con el ciclo de evitación es un proceso más largo de lo que podemos imaginar. Puede que no sea tan sencillo como afrontar nuestros miedos y seguir adelante.
Trabajar con un terapeuta y dar pequeños pasos para aprender sobre la evitación y cómo le está afectando puede ser un paso positivo para superar problemas como la depresión y la ansiedad.