Teen, Children and Adolescent Eating Disorders

Los trastornos de la alimentación en adolescentes como la anorexia, la bulimia, el trastorno por atracón y la sobrealimentación compulsiva son preocupaciones que todos los padres esperan evitar. Sin embargo, cuando estos trastornos alimentarios se desarrollan, existen algunos recursos tremendamente útiles para los padres, hermanos y otros familiares y amigos preocupados por los trastornos alimentarios.

El tratamiento de los trastornos alimentarios está disponible para niños y adolescentes a nivel ambulatorio, ambulatorio intensivo, de hospitalización parcial y de internación. Tal vez, lo más útil de todo es que algunos estudios han demostrado que la intervención temprana en el desarrollo de un trastorno alimentario tiene la mejor probabilidad de recuperación a largo plazo.

Signos de los trastornos alimentarios en la infancia y la adolescencia

Las niñas son mucho más propensas a tener trastornos alimentarios. Sin embargo, los chicos también son susceptibles. Los siguientes signos pueden ayudar a identificar a un niño con un trastorno alimentario:

  • Comer a escondidas
  • preocupación por la comida
  • conteo de calorías
  • miedo a engordar
  • comer compulsivamente
  • hacer purgas
  • de comida fobias o evitación

Entender las fobias alimentarias

El miedo a ciertos alimentos puede ser un signo revelador de un trastorno alimentario como la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa. Por ejemplo, los alimentos con alto contenido en grasas pueden aumentar los niveles de ansiedad en algunos niños con trastornos alimentarios. Al evitar estos alimentos, aprenden que pueden mantener temporalmente su ansiedad bajo control. Esto se conoce como «refuerzo negativo»

Los trastornos alimentarios pueden privar a las células cerebrales de la energía necesaria y, con el tiempo, cambiar la forma en que las personas procesan la información. Se cree que este cambio en la química del cerebro contribuye a las fobias a la comida y al pensamiento distorsionado, especialmente en lo que respecta a la imagen corporal percibida.

El tratamiento integral de los trastornos alimentarios en los adolescentes es imprescindible

Los trastornos alimentarios no tratados pueden provocar importantes complicaciones médicas. Por lo tanto, es extremadamente importante recibir atención de programas integrales de tratamiento de los trastornos alimentarios.

Por lo general, esto incluye un médico, un psicólogo o terapeuta, un psiquiatra, un dietista y un fisioterapeuta. Las familias desempeñan un papel importante en el tratamiento y la recuperación.

El primer objetivo es ayudar a los niños a conseguir un peso saludable. A menudo requieren atención médica para corregir cambios en el metabolismo o complicaciones médicas.

Los trastornos alimentarios pueden dañar el cerebro, el corazón, los huesos, los riñones y el hígado. En consecuencia, el equipo médico debe controlar regularmente a los niños para detectar complicaciones relacionadas.

Los psicólogos o terapeutas ayudan a los niños con trastornos alimentarios a enfrentarse a las conductas negativas, a los patrones de pensamiento distorsionados y a cualquier problema subyacente que pueda haber desencadenado la afección.

Por ejemplo, con la terapia cognitivo-conductual, los pacientes aprenden a reconocer las situaciones que desencadenan las conductas de los trastornos alimentarios y luego trabajan para desarrollar técnicas de afrontamiento positivas. La terapia dialéctica conductual es similar. Se centra en sustituir las estrategias de afrontamiento negativas por opciones más adaptativas.

La participación de la familia es fundamental

Las familias son una parte integral del equipo de tratamiento. Las posibilidades de que su ser querido se recupere de un trastorno alimentario aumentarán si la familia se involucra en el apoyo y el tratamiento del individuo con trastorno alimentario para desarrollar y mantener estrategias de afrontamiento. A los niños les resulta alentador que los miembros de la familia formen parte de sus esfuerzos de recuperación.

Artículos sobre los trastornos alimentarios de los niños &Adolescentes

  • Nuestra nación ha prestado cada vez más atención y atención a la obesidad infantil; sin embargo, estos esfuerzos están resultando perjudiciales para nuestros jóvenes. Los niños etiquetados como obesos o con sobrepeso desde una edad temprana pueden ser más propensos a experimentar mayores luchas en la vida, como una baja imagen corporal, una mala relación con la comida o un trastorno alimentario.
  • Sólo porque una persona sea obesa no significa que no pueda desarrollar un trastorno alimentario. Tampoco debe pasarse por alto el trastorno alimentario de alguien porque tenga sobrepeso. Desgraciadamente, esto es lo que ocurre a veces con los niños o adultos obesos.
  • El acoso escolar solía limitarse al patio del colegio. Ya no es así. Hoy en día, el acoso se manifiesta en todos los segmentos de la sociedad y en todos los lugares posibles, desde los eventos deportivos profesionales hasta los autobuses urbanos. El acoso relacional está aumentando a gran velocidad en todo el país. Se trata de un acoso que se produce dentro de las amistades femeninas. El acoso comienza muy joven, ya en segundo y tercer grado, y puede tener consecuencias profundamente negativas a largo plazo, como los trastornos alimentarios.
  • La presión cultural y social puede tener un impacto significativo en el desarrollo del concepto de sí mismo de los jóvenes. Estas presiones se evidencian en la programación televisiva, las revistas y los medios sociales. Comprender la influencia que estos medios tienen en nuestros hijos es un paso en la dirección correcta para entender por qué ciertos niños pueden ser vulnerables a desarrollar trastornos alimentarios. Además, este artículo analiza los signos y síntomas de los trastornos alimentarios que los adultos preocupados deben comprender. Lea más sobre los trastornos alimentarios de los niños en este artículo.
  • Los niños desarrollan cada vez más trastornos alimentarios y existe una enorme necesidad de tratamiento para este grupo especial. Factores como la baja autoestima, la predisposición biológica, el impacto cultural, los traumas y muchas otras cuestiones están detrás de los trastornos alimentarios en los niños. Aunque la anorexia y la sobrealimentación compulsiva son más frecuentes entre los niños de 8 a 11 años, también hay casos de bulimia nerviosa. Una psiquiatra explora y comparte sus observaciones en el tratamiento exitoso de los trastornos alimentarios en niños con bulimia en este artículo.

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