Síntomas de la fibromialgia
Los síntomas de la fibromialgia incluyen dolor crónico generalizado en los músculos, articulaciones, espalda o cuello. Otros síntomas pueden ser la fatiga crónica, los trastornos del sueño, la dificultad para concentrarse o recordar cosas (también conocida como «fibroniebla»), la depresión/ansiedad, los dolores de cabeza y los problemas gastrointestinales.
Desgraciadamente, muchos de estos síntomas de la fibromialgia pueden imitar los de muchas otras enfermedades, lo que puede dificultar el diagnóstico. Por ejemplo, algunas personas con fibromialgia son diagnosticadas erróneamente con depresión, artritis reumatoide o lupus, ya que estas enfermedades comparten algunos de los mismos síntomas. El hipotiroidismo, la apnea del sueño, las enfermedades degenerativas de la columna vertebral, el VIH y el cáncer también comparten muchos de los síntomas de la fibromialgia. Dado que los síntomas pueden sugerir la existencia de múltiples enfermedades, los médicos deben descartar primero las otras enfermedades mientras buscan una explicación.
Los grupos de síntomas tienden a aparecer juntos en las personas con fibromialgia, pero los grupos no son los mismos para cada persona. Esta gran variedad de síntomas puede dificultar aún más el diagnóstico de la enfermedad. También es posible que algunas personas con fibromialgia tengan al mismo tiempo otras afecciones que pueden imitar la fibromialgia, como la enfermedad de Lyme, la artritis o la apnea obstructiva del sueño. De hecho, la fibromialgia es tan difícil de diagnosticar que muchas personas acuden a varios médicos para que les den un diagnóstico de sus síntomas, o les dicen que los síntomas están en su mente. Por término medio, se puede tardar más de dos años en obtener un diagnóstico preciso de la fibromialgia.
Dolor de la fibromialgia
La fibromialgia se caracteriza por un dolor generalizado que dura más de tres meses. El dolor se describe a menudo como un dolor sordo constante que se siente como si viniera de lo más profundo de los músculos, o un dolor similar al de la gripe en todo el cuerpo. Los músculos pueden sentirse como después de un entrenamiento intenso, o pueden sentir un tirón, incluso si la persona no ha hecho ejercicio. También pueden producirse espasmos musculares, junto con ardor, dolor o dolor muscular punzante.
Además de en los músculos, el dolor puede producirse en muchas zonas diferentes, incluidas las articulaciones (más a menudo la rodilla, la cadera o los pies), la espalda, el cuello y la cabeza, provocando dolores de cabeza crónicos. Los pacientes también suelen tener una respuesta dolorosa a la presión en puntos sensibles específicos del cuerpo, normalmente encima de los músculos, los tendones o los huesos. Las personas con fibromialgia suelen tener al menos 11 de los 18 puntos sensibles posibles. Para muchas personas con fibromialgia, el dolor es implacable y puede interrumpir el sueño, lo que puede llevar a un aumento del dolor y la fatiga, creando un círculo vicioso. En otros, el dolor fluctúa de manera que algunos días son más dolorosos que otros.
Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel (NIAMS), las investigaciones han demostrado que las personas con fibromialgia tienen reducido el flujo sanguíneo a partes del cerebro que ayudan al cuerpo a gestionar el dolor. No es infrecuente que el dolor provoque ansiedad, depresión, agotamiento y aislamiento social, lo que afecta significativamente a la calidad de vida.