La reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) con aloinjerto es una sustitución quirúrgica del injerto de tejido del ligamento cruzado anterior, situado en la rodilla, para restaurar su función tras una lesión del ligamento cruzado anterior. El ligamento roto se extrae de la rodilla antes de introducir el injerto a través de un orificio creado por una única incisión. La cirugía se realiza por vía artroscópica.
La reparación del ligamento cruzado anterior (LCA) con reconstrucción con aloinjerto es uno de los procedimientos más comunes realizados por los cirujanos ortopédicos.
Preparación
Por lo general, se le realizará la reconstrucción del LCA entre tres y ocho semanas después de su lesión. Esto permite que baje la hinchazón. Su cirujano puede pedirle que haga fisioterapia durante las semanas posteriores a la lesión. Esto es para asegurarse de que puede mover la rodilla lo mejor posible antes de la operación.
La reconstrucción del LCA puede realizarse con anestesia local o general. La anestesia local bloquea completamente el dolor de la zona de la rodilla y usted permanecerá despierto durante la operación. Si le ponen anestesia general, significa que estará dormido durante la operación.
Si le ponen anestesia general, es importante que siga los consejos de su anestesista. Por lo general, se le pedirá que no coma ni beba durante unas seis a doce horas antes.
El cirujano realizará una historia clínica y un examen físico, solicitará análisis de sangre y otras pruebas de diagnóstico. También le pedirá que dé su consentimiento para el procedimiento firmando un formulario de consentimiento.
Cirugía
Durante la reconstrucción artroscópica del LCA, el cirujano realiza varias incisiones pequeñas, normalmente dos o tres alrededor de la rodilla. Se bombea solución salina estéril en la rodilla a través de una incisión para expandirla y lavar la sangre de la zona. Esto permite al médico ver las estructuras de la rodilla con mayor claridad.
El cirujano introduce un artroscopio en una de las otras incisiones. Una cámara situada en el extremo del artroscopio transmite imágenes del interior de la rodilla a un monitor de televisión en el quirófano.
Los instrumentos quirúrgicos se introducen a través de otras pequeñas incisiones. El cirujano perfora pequeños agujeros en los huesos de la parte superior e inferior de la pierna donde estos huesos se juntan en la articulación de la rodilla. Los orificios forman túneles a través de los cuales se anclará el injerto.
El cirujano también realizará otra incisión en la rodilla e insertará el injerto (tejido de sustitución).
Recuperación
La cirugía de reparación del ligamento cruzado anterior (LCA) con reconstrucción con aloinjerto suele realizarse de forma ambulatoria, lo que significa que no pasará una noche en el hospital.
Se sentirá cansado durante varios días. Su rodilla estará hinchada y puede tener adormecimiento alrededor de la incisión en la rodilla. El tobillo y la espinilla pueden estar magullados o hinchados. Puede ponerse hielo en la zona para reducir la hinchazón. La mayor parte de esta hinchazón desaparecerá en unos días, y pronto debería empezar a notar una mejora en la rodilla.
Para cuidar la incisión mientras se cura, debe mantenerla limpia y seca y estar atento a los signos de infección.
La rehabilitación física después de la cirugía del LCA puede llevar de varios meses a un año. El tiempo que transcurra hasta que pueda volver a realizar actividades o deportes normales es diferente para cada persona. Puede oscilar entre 4 y 6 meses.
Riesgos
La cirugía de reparación del ligamento cruzado anterior (LCA) con reconstrucción con aloinjerto es generalmente segura. Las complicaciones que pueden surgir de la cirugía o durante la rehabilitación y la recuperación incluyen:
- Problemas relacionados con la propia cirugía. Son poco frecuentes, pero pueden incluir:
- Amortiguamiento en la zona de la cicatriz quirúrgica.
- Infección en las incisiones quirúrgicas.
- Daños en estructuras, nervios o vasos sanguíneos alrededor y en la rodilla.
- Coágulos de sangre en la pierna.
- Los riesgos habituales de la anestesia.
- Problemas con el tendón del injerto (aflojamiento, estiramiento, nueva lesión o tejido cicatricial). Los tornillos que fijan el injerto a los huesos de la pierna pueden causar problemas y requerir su retirada.
- Gama de movimiento limitada, normalmente en los extremos. Por ejemplo, es posible que no pueda enderezar o doblar completamente la pierna tanto como la otra. Esto es poco común, y a veces otra cirugía o manipulación bajo anestesia puede ayudar. La rehabilitación intenta restaurar un rango de movimiento entre cero grados (recto) y 130 grados (doblado). Es importante poder enderezar la rodilla para poder caminar con normalidad.
- Golpe de la rótula (crepitación) al moverse contra el extremo inferior del hueso del muslo (fémur), que puede desarrollarse en personas que no lo tenían antes de la cirugía. Esto puede ser doloroso y puede limitar su rendimiento deportivo. En raras ocasiones, la rótula puede fracturarse mientras se toma el injerto durante la cirugía o por una caída sobre la rodilla poco después de la cirugía.
- Dolor, al arrodillarse, en el lugar donde se tomó el injerto de tendón del tendón rotuliano o en el lugar del hueso de la parte inferior de la pierna (tibia) donde se fija un injerto de tendón isquiotibial o rotuliano.
- Repetición de la lesión del injerto (al igual que el ligamento original). La repetición de la cirugía es más complicada y menos exitosa que la primera.