¿Qué hay en un nombre? La historia de «Mayo Clinic» | Compartir Mayo Clinic

«Mayo Clinic» es uno de los «nombres de marca» más conocidos y de mayor confianza, pero su origen tiene más que ver con nuestros valores inherentes que con un sofisticado plan de marketing.

Mayo es un apellido. El doctor William Worrall Mayo, médico de frontera, estableció a su joven familia en Rochester, Minnesota, cuando fue nombrado cirujano examinador del ejército de la Unión durante la Guerra Civil. En la década de 1880, sus hijos, William y Charles, terminaron la carrera de medicina y se unieron a su práctica médica.

La apertura del Hospital Saint Marys en 1889 ayudó a impulsar el rápido crecimiento de la práctica familiar. A partir de 1892, los doctores Mayo contrataron a socios cuyas habilidades complementaban las suyas. Esta evolución fue paralela al crecimiento de las especialidades médicas.

Oficialmente, el consultorio se conocía por el nombre de la sociedad, que variaba a medida que los miembros se unían o abandonaban. Extraoficialmente, los miembros se llamaban a sí mismos «el grupo».

La «Clínica Mayo» se originó con médicos que venían a aprender del Dr. Will, el Dr. Charlie y sus colegas.

En aquella época, la medicina tenía una filosofía gremial. Muchos médicos guardaban celosamente sus habilidades, temerosos de perder prestigio o pacientes. Los hermanos Mayo, por el contrario, tenían las puertas abiertas: recibían a los médicos que querían mejorar sus habilidades y viajaban mucho para aprender las mejores prácticas.

Los médicos que llegaban a Rochester hablaban de visitar «la clínica de los Mayo». En aquella época, «clínica» tenía un significado similar al de «formación médica continua» actual. «La clínica de los Mayos», por lo tanto, era un lugar para aprender.

Las vías, los pacientes y los medios de comunicación recogieron esta nomenclatura, y «Clínica Mayo» entró en la lengua vernácula. «Mayo Clinic» se convirtió en un título oficial en 1914, cuando se inauguró el primer edificio diseñado para nuestra práctica.

Ayudar y compartir -dos cualidades que distinguen a Mayo Clinic hoy- estaban en el centro de lo que se convirtió en una famosa «marca».

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