La dieta no esboza específicamente una lista de alimentos a evitar, pero no pone ningún límite a la ingesta de pepinos, y establece que todas las comidas y aperitivos deben ser creados en torno a los pepinos. Permite algunos alimentos ricos en proteínas como el pollo, el pescado, los huevos y los frutos secos como complementos de los pepinos, y se permiten otras frutas y verduras bajas en calorías como el tomate, las espinacas y el apio. Se fomentan pequeñas cantidades de grasas buenas, y se pueden incluir carbohidratos de buena calidad si se necesitan (¡y créeme, los necesitarás!).
Aquí tienes un ejemplo de un día del plan de dieta
Desayuno – 2 huevos + rodajas de pepino y espinacas
Merienda – palitos de pepino + 1/3 de taza de yogur griego
Almuerzo – ensalada de tomate y pepino con atún y 1 taza de arroz integral
Merienda – palitos de pepino + 15 almendras
Cena – pollo asado con ensalada de pepino y hierbas frescas + chorro de zumo de limón
Sin embargo, al centrarse en una sola verdura, la dieta carece de variedad y nutrientes y fomenta una alimentación restrictiva, que puede ser perjudicial para la salud física y mental y, en última instancia, es insostenible.
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Las propiedades saludables de los pepinos
Los pepinos se componen principalmente de agua ~96g por cada 100g, por lo que son muy hidratantes y muy bajos en calorías (~12kcal / 100g o un pepino pequeño).
Sin embargo, sólo aportan una pequeña cantidad de nutrientes, incluyendo el potasio, la vitamina K y la vitamina C, y son muy bajos en otros nutrientes esenciales para la buena salud (y la buena salud intestinal), incluyendo la fibra, la grasa, la proteína, el hierro y el zinc.
¿Hay beneficios para la salud al seguir la dieta del pepino?
Como la dieta es muy baja en calorías, es probable que conduzca a una rápida pérdida de peso a corto plazo, aunque no hay estudios que hayan demostrado este efecto. La mayor parte de la pérdida de peso en la balanza se debería a una reducción del glucógeno (carbohidratos almacenados en los músculos y el hígado) y del agua en el cuerpo. Esto se recuperará rápidamente al volver a una dieta normal.
Todas las verduras son voluminosas, y los pepinos no son una excepción. Requieren ser masticados, lo que indica a nuestras hormonas de la saciedad (plenitud) y llenan el espacio de nuestro estómago, por lo que nos ayudan a sentirnos llenos. En definitiva, no hay ningún problema en comer pepinos como parte de una dieta equilibrada; sólo cuando se convierten en tu principal fuente de nutrición pueden surgir problemas.
¿Cuáles son los peligros de seguir la dieta del pepino?
Las dietas restrictivas que animan a llenarse de alimentos bajos en calorías son sinónimo de comportamientos alimentarios desordenados y pueden, paradójicamente, conducir a un aumento de peso a largo plazo, así como a comportamientos compensatorios como el ejercicio excesivo y el abuso de laxantes. La supresión de grupos de alimentos puede dejar al cuerpo desnutrido y provocar sentimientos de irritabilidad, fatiga, privación e incluso depresión. Este tipo de dietas son notoriamente difíciles de cumplir y acaban dejando a las personas en una montaña rusa física y emocional en lo que se refiere a su relación con su peso y la comida.
La dieta recomienda alrededor de 800 calorías (3350kJ) al día, con algunas versiones incluso más restrictivas, lo que puede llevar a que el metabolismo se ralentice y «mantenga» el peso mientras el cuerpo se adapta a la «inanición».
Si bien los pepinos contienen una pequeña cantidad de nutrientes, no son nutricionalmente completos y la adhesión a largo plazo a una dieta de este tipo podría conducir a deficiencias de nutrientes y problemas de salud. Incluir proteínas en cada comida puede ayudar, pero la falta de variedad es el gran problema.
Limitar la ingesta de plantas puede tener impactos negativos en la microbiota intestinal, especialmente si la dieta se reduce a una sola planta. Investigaciones recientes sobre el microbioma intestinal sugieren que incluir 30 alimentos vegetales diferentes a la semana ayuda a aumentar la diversidad de la microbiota intestinal, y cuanto más diversa sea la microbiota, mejor será para una salud óptima.
También hay que tener en cuenta el impacto en la autoestima, cuando todo el peso perdido se recupera una vez que la dieta se vuelve inalcanzable de mantener.
Sin mencionar la falta de disfrute en la comida y la conexión con otros durante una comida. Los seres humanos son criaturas sociales y vivir a base de pepinos no es ciertamente una forma muy sociable de vivir.
Para más información sobre Nicole Dynan y su trabajo sobre la salud intestinal diríjase a tghd.com.au
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