El estimulador eléctrico es más tecnológico. Se introduce una sonda con forma de tampón en la vagina y pequeñas descargas eléctricas hacen que los músculos se contraigan y luego se relajen. Esto se hace unos 20 minutos hasta varias veces a la semana. Una de mis pacientes que utilizó este dispositivo lo encontró sexualmente placentero.
Menos utilizado puede ser la «silla magnética» («Neocontrol»). Esta silla utiliza la acción magnética para estimular los músculos. Sé que esto suena muy «woo, woo», pero hay buenos datos que demuestran su eficacia. Este dispositivo no es de uso doméstico; los tratamientos se administran dos veces por semana por personal sanitario especialmente formado.
¿La cirugía plástica hará que mi vagina sea más pequeña?
Muchas técnicas de cirugía plástica genital se basan en procedimientos quirúrgicos ginecológicos utilizados para problemas médicos como la reconstrucción después del tratamiento del cáncer, el cambio de sexo, la reparación del cistocele/rectocele, etc. Lamentablemente, hay pocos estudios de calidad que demuestren los beneficios cuando no hay un problema médico evidente.
Un estudio de 53 mujeres en Santiago de Chile (Pardo, 2006) se realizó específicamente por quejas de vagina ancha y disminución de la satisfacción sexual. Los cirujanos realizaron dos procedimientos. El primero fue en el interior de la vagina, donde el tejido a lo largo del techo se suturó con más fuerza. Esto es similar al tipo de reparación realizada para un cistocele. En segundo lugar, se suturó el tejido alrededor de la abertura vaginal y entre la vagina y el ano. Esto es similar al tipo de reparación que se hace para las episiotomías después del parto. Seis meses después de la operación, el 94% afirmaba haber experimentado una vagina más firme y haber recuperado o mejorado los orgasmos. Sin embargo, un 4% de las mujeres dijo arrepentirse de la operación.
El problema de este tipo de estudios es que la respuesta sexual puede ser muy subjetiva. No hay una forma fácil de medir la satisfacción sexual en un grupo de mujeres diversas. Todas las mujeres sabían que habían recibido el tratamiento quirúrgico, por lo que seis meses pueden no ser un tiempo suficiente para que desaparezca cualquier respuesta al placebo.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, 2007) ha señalado la falta de datos tanto de seguridad como de eficacia de la cirugía plástica genital. Las posibles complicaciones de esta cirugía podrían ser: infección, cambios en la sensibilidad, dolor en las relaciones sexuales y tejido cicatricial. Un ginecólogo que lleva varios años realizando cirugía plástica genital (Goodman, 2009) llegó a la conclusión de que todavía faltan una terminología y unas normas de formación consensuadas.
¿Qué vas a hacer, Jane?
Como gran defensor del entrenamiento de resistencia/peso para desarrollar los músculos, personalmente creo que el ejercicio es un mejor lugar para comenzar que la cirugía. Como siempre, si las mujeres tienen preocupaciones sobre la función sexual, las estructuras vaginales/genitales, etc., deben plantearlas a su ginecólogo. Un ginecólogo ve la amplia gama de lo «normal» en las apariencias vaginales. Sin embargo, si uno tiene problemas sexuales debido a los cambios genitales, su ginecólogo necesita saber que es un problema.