Lo vemos en las noticias todos los días: La atención sanitaria de Estados Unidos está en crisis; gastamos mucho más en atención sanitaria que otras naciones desarrolladas; estamos luchando sin éxito contra las epidemias de obesidad, diabetes de tipo 2 y demencia.
Nuestro enfoque actual de la atención sanitaria es realmente de atención a los enfermos: empieza cuando una persona va al hospital, a la sala de urgencias o a la consulta del médico porque tiene un problema. Pero la salud empieza en casa: en nuestras cocinas, nuestros lugares de trabajo, nuestras escuelas, nuestras carreteras y nuestras ciudades.
Tomamos cientos de decisiones cada día, y la mayoría de ellas las tomamos sin pensar. Desgraciadamente, nuestros entornos alimentarios están diseñados para que la opción más fácil sea consumir alimentos de baja calidad y con muchas calorías. Del mismo modo, nuestros entornos construidos -nuestras carreteras, edificios y ciudades- están diseñados para que la opción más fácil sea el sedentarismo (conducir en lugar de ir en bicicleta o caminar).
En las Comunidades del Proyecto Blue Zones, ayudamos a las personas a transformar el lugar donde viven, trabajan, aprenden y juegan para que la opción saludable sea la más fácil. Estos cambios permanentes y semipermanentes en el entorno afectan a los residentes actuales, pero también repercuten positivamente en la vida de las generaciones futuras. La construcción de comunidades más saludables puede reducir los costes sanitarios, mejorar la productividad y mejorar la calidad de vida de todos los residentes. Los resultados han sido tremendos en ciudades de todo el país donde otras iniciativas de salud pública han fracasado: Las comunidades del Proyecto Blue Zones han experimentado descensos de dos dígitos en las tasas de obesidad y tabaquismo, así como aumentos impresionantes en los niveles de actividad.
Trabajamos con tiendas de comestibles, restaurantes y lugares de trabajo para ofrecer y llamar la atención sobre los alimentos que son más nutritivos y sabrosos. En las escuelas, aplicamos programas y políticas que ayudan a los niños a crear hábitos saludables. También trabajamos con funcionarios e ingenieros municipales para implantar aceras y carriles bici y mejorar los parques públicos. Vea cómo lo hacemos en el condado de Tarrant (Texas) en los siguientes vídeos, donde más de 250 restaurantes, tiendas de comestibles, lugares de trabajo y escuelas se han comprometido a facilitar las opciones saludables.