El pronóstico del lupus es hoy mejor que nunca. Con un seguimiento y tratamiento estrechos, el 80-90% de las personas con lupus pueden esperar vivir una vida normal.
Es cierto que la ciencia médica aún no ha desarrollado un método para curar el lupus, y algunas personas mueren a causa de la enfermedad. Sin embargo, para la mayoría de las personas que viven con la enfermedad hoy en día, ésta no será mortal.
El lupus varía en intensidad y grado. Algunas personas tienen un caso leve, otras moderado y algunas grave, que suele ser más difícil de tratar y controlar. En el caso de las personas que tienen un brote grave, hay más posibilidades de que su lupus ponga en peligro su vida.
Las personas con aspectos del lupus que no suponen una amenaza para los órganos pueden esperar una vida normal si:
- Siguen las instrucciones de su médico
- Toman su(s) medicación(es) tal y como se les ha(n) prescrito
- Saben cuándo buscar ayuda por los efectos secundarios inesperados de una medicación o por una nueva manifestación de su lupus
Aunque algunas personas con lupus tienen ataques severos recurrentes que resultan en hospitalización, la mayoría de las personas con lupus rara vez requieren hospitalización. Especialmente aquellas que mantienen un estilo de vida saludable.
Las nuevas investigaciones aportan hallazgos inesperados cada año. El progreso realizado en el tratamiento y el diagnóstico durante la última década ha sido mayor que el realizado en los últimos 100 años. Por lo tanto, es una idea sensata mantener el control de una enfermedad que mañana puede ser curable.
Una percepción errónea común sobre la esperanza de vida
Algunas confusiones sobre la esperanza de vida del lupus están relacionadas con la forma en que se comunica la investigación.
Las investigaciones que demuestran que el 80-90% de las personas con lupus viven más de 10 años suelen interpretarse erróneamente como que las personas con lupus sólo tienen 10 años de vida. Es importante entender que los «10 años» utilizados en este contexto no representan el número de años que la persona vivió después de su diagnóstico, sino más bien el número de años involucrados en el estudio.
Estos estudios siguieron a pacientes con lupus desde el momento del diagnóstico durante un período de diez años. Al final de este periodo de investigación, los investigadores pudieron concluir que el 80-90% de las personas inscritas seguían vivas.
No continuaron el seguimiento de estos pacientes para ver qué pasaba en los años 11, 12, 15, 20, etc. Sabemos que hay muchas personas que llevan viviendo con lupus 15, 25, 30 e incluso 40 años.