Es encantador sentirse querido. Pero nuestro deseo de ser apreciados va más allá de sentirnos agradables: es una necesidad humana básica que compartimos y que es vital para nuestra salud y bienestar emocional.
¿Pero qué haces cuando ese deseo no se cumple? Cuando sufres un rechazo en tu trabajo o en tu vida personal? ¿Cómo te levantas y te aseguras de que no vuelva a suceder, o incluso mejor, utilizas tu necesidad de ser deseado para motivarte a lograr un mayor éxito? La entrenadora Lucy Barkas tiene la respuesta.
Todo el mundo quiere sentirse querido
Recientemente entrené a una ambiciosa, talentosa y vibrante veinteañera que tenía miedo de seguir adelante por si era rechazada. «¿Y si nadie me quiere?» es una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez, y es una pregunta razonable.
Pero me hizo pensar. ¿Qué tan arraigada está nuestra necesidad de ser deseados? ¿Es algo bueno, o puede, como mi cliente, frenarnos? Y si es así, ¿cómo podemos superarla y convertirla realmente en un motivador positivo?
La verdad es que a todo el mundo le gusta sentirse querido y necesitado. No se trata de aumentar nuestro propio ego o de complacer nuestra importancia exagerada, sino que es una necesidad y un deseo que está en el núcleo de lo que somos.
Todos y cada uno de nosotros somos únicos. Tenemos una composición genética, un sistema de creencias, un sistema de valores, toda una caja de talentos y habilidades que, cuando se juntan todos ellos, nos hace diferentes a cualquier otro ser humano ahí fuera. Y cuando encuentras a alguien -ya sea una pareja, un amigo o una organización- que te quiere o te necesita por ti, puedes sentir que vuelas alto.
¿Pero qué pasa cuando no encuentras a alguien que te aprecie por tus cualidades únicas? O peor aún, que te rechace activamente?
Todos hemos sido rechazados en algún momento
Probablemente ha habido algún momento en tu vida en el que te has sentido infravalorado, poco apreciado y no deseado. Tal vez te hayan pasado por alto para un ascenso, hayas perdido un contrato o te hayas sentido poco apreciado por tu pareja. O tal vez un amigo te abandonó de repente sin razón, o un cliente independiente dejó de utilizarte.
Todos hemos experimentado el rechazo de una forma u otra en algún momento. Y sabrás lo horrible que se siente. Es fácil sentirse solo, deprimido, no visto y desconectado, e incluso puede empezar a preguntarse por qué pensó que alguien le querría en primer lugar.
Los sentimientos de no ser querido y de no ser necesario pueden hacer tambalear su confianza y su autoestima; después de todo, nuestro deseo de ser querido y valorado (y nuestra necesidad de satisfacer ese deseo) es fundamental para nuestra salud emocional y nuestro bienestar.
¿Cómo afrontas el rechazo?
Si ahora mismo estás sufriendo sentimientos de rechazo o de no ser querido, deja de ser tan duro contigo mismo.
Puede que te hayan rechazado para un ascenso porque la empresa sólo quería un conjunto diferente de habilidades. Tal vez tu pareja esté pasando por un momento difícil y no le quede energía emocional para tu relación. O puede que tu cliente autónomo haya dejado de llamarte porque su propio trabajo se ha agotado.
Hay muchas razones por las que la gente puede hacernos sentir no deseados, y a menudo no tienen nada que ver contigo personalmente. No significa que seas malo, incorrecto o indeseable.
Así que en lugar de culparte, sentirte inadecuado y tratar de cambiar para adaptarte a los deseos de otra persona, haz las paces con la situación. Si hay formas de aprender de lo que ha sucedido, utiliza la experiencia de forma positiva. Si no, intenta aceptar lo que ha pasado y seguir adelante. Y si puedes, utiliza lo que ahora parece una experiencia negativa para estimularte hacia un mayor éxito.
Cómo utilizar tu necesidad de ser deseado como un gran motivador
Una vez que aceptes que tienes una necesidad humana básica de sentirte deseado, puedes traducir ese deseo en una acción positiva. Y lo primero que tienes que hacer es entender qué tienes tú que es deseado o necesitado por los demás.
Así que empieza con un papel en blanco, y escribe:
- Todas las cosas que te gustan, y te apasionan.
- Las cosas de las que tienes conocimientos.
- Tus habilidades y talentos.
Puede que este ejercicio te resulte más difícil de lo que crees, porque a menudo pasamos por alto las muchas habilidades que tenemos simplemente porque las encontramos muy fáciles. Y como las encontramos fáciles, asumimos que son insignificantes. Pero no lo son.
Así que piense más allá de las «grandes habilidades» que puede enumerar en un CV y considere los rasgos que tiene y que otras personas aprecian. Puede que seas una persona extrovertida que puede hablar con cualquiera en una fiesta, o que tengas un gran instinto y seas la casamentera perfecta. Tal vez puedas recordar la letra de una canción, o siempre aciertes las preguntas de deportes en el trivial.
A continuación, pregunta a otras personas. Averigua qué creen que te hace único, tanto desde la perspectiva del ser como del hacer. ¿Cuáles son tus puntos fuertes internos y de personalidad? ¿Y tus habilidades físicas? Pregunte a varias personas: amigos, familiares y colegas, ya que todos le conocerán de una forma ligeramente diferente.
Empiece a encarnar sus habilidades únicas
Así que ahora tiene toda una lista de habilidades, puntos fuertes y comportamientos que le hacen único. La siguiente acción es empezar a encarnarlas.
Eso significa creer que eres único, y dar un paso adelante con confianza. Estar orgulloso y querer ser esa persona. Esta acción tiene que ver con que quieras ser TÚ. Después de todo, si no quieres ser tú, ¿cómo van a quererte los demás?
Descubre dónde se necesita tu singularidad
Por último, empieza a identificar dónde se va a necesitar y querer tu singularidad. Por ejemplo, puede que hayas descubierto que uno de tus puntos fuertes es la energía, la positividad y el entusiasmo. Así que tiene que buscar oportunidades que tengan esa vibración o necesidad.
O puede haber descubierto que es estudioso, analítico y lógico. Así que considera qué industrias, carreras u oportunidades de negocio necesitan esas habilidades.
Una vez que sepas lo que te hace único, y estés seguro de lo que tienes que ofrecer, entonces atraerás naturalmente a personas con ideas afines. También te verás atraído por lugares, organizaciones y situaciones en las que se te necesita, se te desea y se te quiere. Tu confianza estará por las nubes y finalmente encontrarás tu motivación interior.
Puedes encontrar más información sobre el coaching de Lucy en su página web.