La pregunta
A veces, cuando voy al baño después de tener relaciones, noto unas gotas de sangre en el papel mientras me limpio. Esto me pasa desde mi primera relación y se ha repetido durante cuatro años. Al no sentir dolor -y al tratarse de hechos esporádicos- no le he prestado mayor atención, sin embargo, me interesa saber si es algo de lo que debería preocuparme o no.
María Ignacia, 22 años.
La respuesta
Sangrar durante el sexo no es común ni normal. Este fenómeno, conocido científicamente como sinusorragia, podría tratarse de un síntoma de alguna enfermedad. Si es un caso excepcional, no hay que alarmarse, sin embargo, si esto se repite en más de una ocasión, los expertos recomiendan consultar con un ginecólogo. «Existen un montón de causas que explican el por qué algunas mujeres sangran después del coito y, aunque algunas no sean necesariamente graves, no es un tema que hay que tratar con banalidad porque muchas enfermedades asociadas al cuello uterino, como el cáncer, se manifiestan a través del sangrado. Son indoloras y esa es la única manera con la que se detectan a tiempo, si es que no se tienen los exámenes al día», explica la ginecóloga y académica de la Universidad Católica, Milena Zamboni.
Según Enrique Oyarzún, gineco-obstetra de la Clínica Universidad de los Andes, la sinusorragia afecta al 10% de las mujeres en edad fértil y hay un 50% de probabilidades de que haya una curación espontánea, es decir, que no requiera de tratamiento. El problema es que hay otro 50% que sí necesita ser tratado y que muchas mujeres, por vergüenza a consultar, lo dejan pasar. Una de las causas más frecuentes son las infecciones vaginales. «Estas, incluyendo las de transmisión sexual, producen una inflamación del cuello del útero, el que podría sangrar cuando el pene u otro aparato ingresa por la vagina y choca con la zona afectada», explica Oyarzún.
Para Milena, las heridas en las paredes vaginales también representan la mayoría de las consultas. «Esto es muy común en las mujeres con menopausia, porque durante el sexo se les pueden crear heridas asociadas a la sequedad vaginal, ya que al disminuir la cantidad de estrógenos se va secando la mucosa y las paredes quedan más susceptibles a traumas durante la penetración», dice. No obstante, las mujeres que aún nos sufren estos cambios hormonales también podrían tener este tipo de heridas si es que durante el sexo no están lubricadas o si se tiene un coito más brusco de lo normal. En las violaciones, por ejemplo, este es un indicador. En ambos casos, cuando se trata de una infección o una herida, dependiendo del nivel, se necesita de un tratamiento específico para sanar. «Hay que entender que la vagina es como cualquier otra parte del cuerpo. Si hay una herida grande o profunda, necesita de puntos, y si hay una infección, requiere de antibióticos. Además, aunque no siempre sea necesaria la intervención médica, existen alternativas que ayudan a mejorar esta situación que muchas veces puede ser incómoda, como medicamentos altos en estrógenos u óvulos vaginales que ayudan a la lubricación», explica el ginecólogo.
Otra causa que no es necesariamente alarmante y que para Oyarzún es la segunda más frecuente de la sinusorragia, es lo que se conoce como ‘spoting’ y que corresponde a un sangrado escaso entre las menstruaciones de mujeres que toman anticonceptivos orales. «Uno de los efectos laterales de la píldora es que, si no se toman de manera responsable y respetando su orden, hay un pequeño sangrado desordenado que suele ser más marrón que rojo», dice. Esto se manifiesta durante el sexo, ya que la penetración estimula las contracciones uterinas. También podría pasar que, por el consumo de anticonceptivos o durante el embarazo, el cuello uterino sufra cambios anatómicos, se inflame y sangre con facilidad.
Aunque en algunos casos el sangrado responda a temas hormonales que no necesitan ser tratados, ambos expertos concuerdan con que siempre es mejor consultar. «La situación se agrava cuando algunos gérmenes, como la clamidia o el gonococo, son la razón. Y también cuando se puede tratar de un cáncer o procesos inflamatorios pelvianos mayores. Por ello, si se sangra más de una vez, hay que examinarse y tener siempre el papanicolau al día», concluye Milena.