Una mujer de 32 años con antecedentes de anorexia nerviosa del tipo atracón-purga se presentó con dolor abdominal y pérdida de peso de 8 kg durante las dos semanas anteriores. Negó haber abusado de diuréticos o laxantes. La exploración física mostraba a una mujer delgada con un IMC de 14,2 kg/m2. El dorso de las manos mostraba abrasiones, callosidades y cicatrices (Fig. 1). Sus manos estaban contraídas en tetania, flexionadas en las articulaciones metacarpofalángicas, con extensión en las articulaciones interfalángicas con el pulgar flexionado y aducido (Fig. 2). Los estudios de laboratorio revelaron un calcio sérico de 5,3 mg/dl, albúmina de 3,0 g/dl, y niveles séricos normales de 25-hidroxivitamina D y hormona paratiroidea.
El aspecto dorsal de las manos de la paciente reveló abrasiones, callosidades y cicatrices.
Las manos del paciente estaban contraídas en tetania, flexionadas en las articulaciones metacarpofalángicas, con extensión en las articulaciones interfalángicas con el pulgar flexionado y aducido.
La figura 1 muestra el signo de Russell, con abrasiones en el dorso de la mano por contacto con los incisivos durante el vómito autoinducido1. Este hallazgo se reporta en aproximadamente el 4% de los pacientes con anorexia nerviosa de tipo purgante2. La figura 2 muestra la mano de un obstetra o acoucheur, demostrando la similitud de la tetania con la posición en la que se mantiene la mano mientras se realiza un parto vaginal.
La tetania de las manos de la paciente se resolvió con la repleción de electrolitos. En la evaluación endoscópica, se encontró que su dolor abdominal era secundario a una esofagitis, probablemente por vómitos autoinducidos.