Anubis es el más conocido de los dioses chacales egipcios, en parte por su importancia. Desempeñaba un papel crucial en los procesos a través de los cuales toda persona esperaba sobrevivir a la muerte y seguir viviendo en el más allá: era el encargado de la conservación del cuerpo muerto, esencial en la concepción egipcia de la vida después de la muerte. Anubis funcionaba como embalsamador divino, y los sacerdotes que supervisaban la momificación de los muertos llevaban máscaras de Anubis para sustituir al dios. Esta personificación divina se extendía a los funerales de los muertos, donde Anubis (en forma de sacerdote disfrazado) presentaba la momia para las ceremonias esenciales.
Más allá de sus funciones específicas en la momificación y el entierro, Anubis tenía deberes más generales para la protección general de los muertos. Las imágenes protectoras de Anubis en los ataúdes y en forma de amuletos que llevaban los muertos invocaban los poderes del dios en nombre del difunto. La proliferación de imágenes de Anubis en torno a los muertos atestigua las esperanzas que los egipcios depositaban en él como protector tras la muerte.