Para tu pequeño, aprender sobre etiqueta es mucho más que dominar las palabras «por favor» y «gracias». Se trata de aprender a considerar y respetar los derechos y sentimientos de las personas que le rodean. Por eso es importante explicarle el «por qué» y el «cómo» cuando le enseñes modales a tu hijo (si entiende el factor de la amabilidad, la cortesía le seguirá automáticamente). Por lo tanto, sé un buen modelo y aborda estas lecciones con coherencia… y paciencia.
Y hablando de paciencia, sin duda necesitarás un poco para hacer frente a los caprichos de tu pequeño; hoy en día, si un impulso se le cruza por la cabeza, inmediatamente quiere llevarlo a cabo, sin importar lo irracional o inoportuno que sea. Así que si pide un cachorro (¡o una serpiente!) y eso no funciona en tu casa, dile que no y explícale por qué. Pero sopesa bien sus caprichos: si uno de ellos es inofensivo (por ejemplo, un paraguas y unas botas en un día caluroso y soleado), dale el gusto; tendrá el placer de tener un poco de control sobre su vida, y además aprenderá que sus pies pueden calentarse mucho con esas botas.
En otro orden de cosas, ahora es un buen momento para poner a punto tu técnica de conversación con los niños. Después de todo, hablar con tu pequeño es la mejor manera de animarle a hablar también. Hazle muchas preguntas (fáciles, pero no de tipo «sí» o «no»), por ejemplo: «Oye, ¿qué está haciendo ese gatito?»; sé muy descriptiva mientras pasas el día: «Esta bonita flor es amarilla con un tallo verde y hojas peludas»; y lee, lee, lee. Y un consejo: Está bien que empieces a aprender el abecedario, pero deja de lado la gramática, mamá. Por ahora, deja que las palabras fluyan.
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