En los últimos años se ha producido una explosión de trabajos académicos sobre los negros y la negritud en América Latina que se han alejado de la simple demostración de que la discriminación racial existe para analizar las diferentes formas en que las comunidades negras representan sus identidades multifacéticas, se relacionan con el estado neoliberal y se movilizan políticamente a nivel interno y transnacional para la representación política y la inclusión. Queda mucho trabajo académico por hacer sobre los escritores negros en los estados nacionales latinoamericanos de habla hispana; su historia sigue siendo ignorada o está totalmente ausente.
Sonja Stephenson Watson ha escrito una intervención muy necesaria sobre las historias de la producción literaria y cómo ésta ha dado forma a los discursos sobre la negritud en Panamá. La política de la raza en Panamá: Discursos literarios afrohispanos y antillanos de contención es uno de los primeros textos que conceptualiza la identidad afropanameña articulando sus múltiples producciones como resultado de las distintas diásporas negras. Además, destaca la búsqueda de estas comunidades negras por convertirse en panameñas tras siglos de esclavitud y apatridia y décadas de migraciones antillanas poscoloniales. Este estudio es una contribución significativa: al explorar las similitudes y diferencias de cómo el propio aparato nacional excluye y folcloriza a ambas comunidades negras, desbarata las falacias simplistas de que las comunidades negras panameñas están divididas por el idioma, la asimilación y la religión.
En su introducción, Watson expone magistralmente una historiografía fundacional sobre la literatura negra y su vínculo intrínseco con los proyectos de construcción de la nación panameña en el siglo XIX. Señala que «la literatura negra en Panamá se divide en dos categorías generales, los escritos de los negros hispanohablantes (afrohispanos), descendientes directos de los africanos esclavizados en Panamá, y los escritos de los antillanos, que forman parte de la comunidad que emigró principalmente del Caribe anglófono para trabajar en el Ferrocarril de Panamá (1850-55) y el Canal (1904-14)» (2). Watson presta una atención conmovedora a las tensiones históricas entre ambas comunidades negras, ya que los afrohispanos se apropian de la narrativa del mestizaje en la autoconstrucción de Panamá como nación hispana unificada. Sin embargo, los antillanos y sus descendientes siguen siendo extranjeros perpetuos, a pesar de sus décadas de contribuciones a la nación, debido a su negritud, su lengua y su religión. La mayoría de los trabajos sobre los negros en Panamá se han centrado en la herencia antillana o en la presencia afrohispánica. La significativa intervención de Watson consiste en poner a estas dos comunidades negras panameñas en conversación entre sí: señalando sus complejidades, tensiones y posibilidades de unificación a través del término paraguas afropanameño.
El punto de partida para Watson es la retórica de construcción de la nación panameña del siglo XIX y su supresión de la conciencia negra a través de las producciones literarias de los escritores negros. Empezar en la coyuntura histórica del Panamá postindependentista es un movimiento discursivo importante debido al proyecto racial del mestizaje. El mestizaje, como proyecto de construcción de la nación, pretende construir un imaginario de un Estado-nación racialmente mixto, cuyo mestizaje crea una igualdad racial que está divorciada de la opresión racial. Esta ilusión de democracia racial es el pilar de la retórica de la construcción de la nación a lo largo de la era posterior a la independencia de América Latina. Raza y nación han seguido siendo conceptos inseparables en Panamá que han excluido a los afrodescendientes reforzando los discursos nacionales de homogeneidad. Los poetas afrohispanos Federico Escobar y Gaspar Octavio Hernández ilustran la tensión que creó la raza en sus escritos durante la formación de la nueva república. Los escritores negros panameños del período 1880-1920 promovieron una unidad nacionalista basada en una homogeneidad cultural imaginada y desracializada.
Watson indaga en un archivo literario olvidado de escritores afrohispanos cuyas afirmaciones y distanciamientos simultáneos de la negritud narran una compleja historia de ser negro y de escribir durante el apogeo de la construcción de la nación. Watson observa: «Para estos escritores fue una lucha constante afirmar su negritud en su poesía y mantener su identidad nacional y su aceptación por parte de otros panameños durante la formación de la nueva república» (20). La poesía de Escobar y Hernández desafía el discurso nacional antinegro de la panameñidad al comprometerse con su propia negritud e identificarse como negros con indicios de «conciencia racial bipolar» (41). La atención de Watson a estas contradicciones es un análisis importante; sirve para desenterrar los conflictos históricos arraigados en la antinegritud entre los afrohispanos y los antillanos, específicamente, las negociaciones particulares realizadas y vividas por los afrohispanos en un momento crucial de la construcción de la nación panameña. Las obras del escritor afrohispano Joaquín Beleño ilustran su papel central al ser el portavoz de todos los panameños contra el imperialismo estadounidense y la construcción del Canal de Panamá. El análisis de Watson sobre la trilogía de la Zona del Canal de Beleño se centra en las complejidades del canal como catalizador del cambio social y el conflicto en Panamá. Observa que Beleño concibe a los antillanos como forasteros que han «corrompido» la lengua española y como intrusos que no están dispuestos a asimilarse a la sociedad panameña. Al analizar críticamente el canon literario panameño, Watson nos revela que el racismo antinegro fue vivido tanto por los afrohispanos como por los antillanos de diferentes maneras, pero de formas que sitúan a ambas formas de negritud fuera de la comunidad imaginada de la nación panameña.
El antillano como personaje literario es conflictivo y construido como un extraño por los afrohispanos y otros panameños no negros. Watson recurre a las obras del escritor antillano de tercera generación Carlos «Cubena» Guillermo Wilson para ilustrar cómo recupera la figura antillana denigrada. En muchos sentidos, Watson resucita la obra de Wilson, que ha recibido poco o ningún reconocimiento como parte del canon nacional. «La omisión de Wilson en el canon literario panameño», afirma, «se debe a que sus textos revelan décadas de discriminación hacia los afrodescendientes y antillanos en Panamá que ayudaron a formar la nación antes y después de la emancipación» (73). Las novelas de Wilson nos informan sobre la experiencia afropanameña y lo que significa ser negro en una nación que se construye en torno a la blancura y la antinegritud. Sus novelas hacen una importante intervención al ejemplificar lo que significa ser negro y anglófono en una nación de hispanohablantes. Por ejemplo, Watson examina la elección de Wilson de chombo -un término ofensivo y peyorativo contra los indios occidentales utilizado por muchos panameños que no son indios occidentales- como título de una de sus novelas. Aunque el uso del término por parte de los panameños no antillanos es abrumadoramente negativo, Wilson se apropia de la imagen disidente para su novela. Como observa Watson, «los chombos son el centro de la acción, y como chombo que es, Wilson se apropia de la expresión y la utiliza para transmitir que los antillanos de Panamá no son ignorantes, vagos, promiscuos o groseros» (80). La trilogía de Wilson desentierra las contribuciones de los afrodescendientes en la historia panameña e intenta unir a los afrohispanos y a los antillanos.
En su capítulo final, Watson analiza a los escritores panameños negros contemporáneos Melanie Taylor y Carlos Oriel Wynter Melo, cuyas ficciones y cuentos amplían las nociones de ser negro y panameño. Estos escritores contemporáneos están forjando un espacio literario para articular la identidad negra panameña de múltiples maneras que incluyen varias identidades negras. Los conflictos étnicos históricos y contemporáneos entre las comunidades afrohispanas y antillanas son reales y se experimentan de forma violenta cada día. Las articulaciones vividas del racismo anti-negro en ambas comunidades permanecen a pesar de las políticas asimilacionistas y la visibilidad representativa. Aunque se echa en falta un análisis en profundidad de cómo el racismo antinegro y la alienación dan forma a ambas comunidades, este texto es, sin embargo, increíblemente útil para los estudiantes y profesores interesados en los estudios afroamericanos, los estudios sobre la diáspora africana, los estudios latinoamericanos y caribeños, y la literatura inglesa y española. Es una importante contribución a la profundización de nuestros archivos sobre los negros en Centroamérica, y estoy deseando utilizarlo en mis cursos sobre los negros y la negritud en América Latina.
Paul Joseph López Oro es estudiante de doctorado en el Departamento de Estudios sobre África y la Diáspora Africana de la Universidad de Texas en Austin. Actualmente es un becario de posgrado McNair Scholars. Sus intereses de investigación incluyen los movimientos sociales garífunas y las migraciones transnacionales a los Estados Unidos; la negritud, la indigeneidad y las políticas y culturas afrocaribeñas en Centroamérica; y los estudios afrolatin@.