Los aspectos psicológicos tienen que ver con la psicología de la multitud como grupo y con la psicología de aquellos que permiten que su voluntad y sus emociones sean informadas por la multitud (ambos tratados de forma más exhaustiva en psicología de las multitudes).
Muchos estudios sobre las multitudes han dado ideas sobre cómo las multitudes responden a diferentes situaciones. Un informe de 2009 destacó muchos comportamientos observables de las multitudes, incluida la evidencia de que las multitudes son capaces de tomar decisiones unidas en cuanto a su dirección y velocidad de movimiento, incluso si sólo unos pocos de sus miembros tienen la información necesaria para tomar tales decisiones. El grado en que los miembros informados pueden afectar a la multitud depende de su posición dentro del grupo, siendo probable que los que se encuentran en el núcleo de la multitud tengan una mayor influencia.
En general, los investigadores de la psicología de las multitudes se han centrado en los aspectos negativos de las mismas, pero no todas las multitudes son volátiles o de naturaleza negativa. Por ejemplo, al principio del movimiento socialista se pedía a las multitudes que se pusieran su traje de domingo y marcharan en silencio por la calle. Un ejemplo más moderno son las sentadas durante el Movimiento por los Derechos Civiles. Las multitudes pueden reflejar y desafiar las ideologías de su entorno sociocultural. También pueden cumplir funciones sociales integradoras, creando comunidades temporales.
Tipos de multitudesEditar
Hay una investigación limitada sobre los tipos de multitudes y la pertenencia a ellas y no hay consenso en cuanto a la clasificación de los tipos de multitudes. Dos estudiosos recientes, Momboisse (1967) y Berlonghi (1995), se centraron en el propósito de la existencia para diferenciar las multitudes. Momboisse desarrolló un sistema de cuatro tipos: casual, convencional, expresiva y agresiva. Berlonghi clasificó las multitudes como espectadoras, manifestantes o fugitivas, para correlacionarlas con el propósito de reunirse.
Otros sociólogos distinguieron cuatro tipos de multitudes: casuales, convencionales, expresivas y actuantes. Las multitudes casuales consisten en personas que se reúnen en un mismo lugar de manera informal, como una cafetería. También hay multitudes convencionales o aquellas que se reúnen para un evento programado regularmente, como un servicio religioso, y multitudes expresivas que se reúnen para participar en un momento emotivo como una boda o un funeral. Por último, hay multitudes actuantes que se unen para lograr un objetivo o una acción común, lo que podría implicar la participación en una protesta o un disturbio.
Las multitudes pueden ser activas (turbas) o pasivas (audiencias). Las multitudes activas pueden dividirse a su vez en multitudes agresivas, escapistas, adquisitivas o expresivas. Las turbas agresivas suelen ser violentas y centradas en el exterior. Ejemplos de ello son los disturbios futbolísticos y los disturbios de Los Ángeles de 1992. Las turbas escapistas se caracterizan por un gran número de personas en pánico que intentan salir de una situación peligrosa. Las turbas adquisitivas se producen cuando un gran número de personas luchan por unos recursos limitados. Una turba expresiva es cualquier otro grupo grande de personas que se reúnen con un propósito activo. La desobediencia civil, los conciertos de rock y las manifestaciones religiosas entran en esta categoría.