El enfoque de UNICEF para acabar con el matrimonio infantil en Asia Meridional reconoce la naturaleza compleja del problema y los factores socioculturales y estructurales que sustentan esta práctica. El enfoque de UNICEF, por tanto, prevé el éxito en dos plazos. A corto plazo (5-10 años), UNICEF ve una masa crítica de niños, familias y comunidades que cambian sus actitudes y comportamientos; a largo plazo (10-30 años), UNICEF ve aspiraciones para todos los niños sostenidas por nuevas normas sociales.
UNICEF considera cinco puntos de entrada para acelerar estos cambios: (i) aumentar la agencia y los recursos para los adolescentes -especialmente las niñas- en riesgo y afectados por el matrimonio infantil; (ii) mejorar los marcos legales y de políticas de desarrollo para un entorno propicio que proteja los derechos de las niñas y los niños adolescentes; (iii) aumentar la generación y el uso de una sólida base de pruebas para la promoción, la programación, el aprendizaje y el seguimiento del progreso; (iv) mejorar los sistemas y servicios que responden a las necesidades de los adolescentes en riesgo o afectados por el matrimonio infantil; y (v) aumentar la acción social, la aceptación y la visibilidad en torno a la inversión en las niñas y el apoyo a las mismas, y cambiar las expectativas sociales relacionadas con las niñas, incluyendo la participación de los niños y los hombres.
A nivel mundial, el matrimonio infantil está incluido en el Objetivo 5 «Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas» en la Meta 5.3 «Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina». En 2016, UNICEF y el UNFPA unieron sus fuerzas a través de un Programa Mundial para Acelerar la Acción para Poner Fin al Matrimonio Infantil en 12 países con las tasas más altas de niñas casadas. En el sur de Asia, se aplica en Bangladesh, India y Nepal. Por primera vez, las estrategias existentes en áreas como la salud, la educación, la protección de la infancia y el agua y el saneamiento, se unen para formar un programa holístico único con planes y objetivos compartidos. El programa trabajará en colaboración con los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y los propios jóvenes, y adoptará métodos que han demostrado funcionar a escala
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