En los últimos años, los veterinarios han hecho grandes progresos en la comprensión de cómo los perros sienten el dolor y las mejores maneras de manejar ese dolor.
Muchos perros ocultan instintivamente su dolor como un mecanismo de supervivencia, lo que, en el pasado, llevó a los expertos bien intencionados a suponer que los perros no sentían el dolor de la misma manera que los humanos. Ahora sabemos que los perros tienen un sistema nervioso muy similar al de los humanos, y sabemos mejor cómo reconocer y manejar su dolor.
¿Qué es el dolor?
El dolor tiene tantas manifestaciones como lesiones, afecciones e individuos. Los expertos en dolor definen el dolor como «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño tisular real o potencial»
El dolor es muy subjetivo y difícil de medir. Dado que los perros ocultan instintivamente su dolor para evitar que los posibles depredadores se dirijan a ellos cuando están heridos, la evaluación del dolor en los perros puede ser un reto. Las manifestaciones externas de dolor varían mucho de un perro a otro. Es importante reconocer que sólo porque un perro no llore, cojee o muestre otros signos evidentes de dolor, no significa que no tenga dolor. Una buena regla general es que si te duele a ti, le dolería a un perro.
¿Cómo puedo saber si mi perro tiene dolor?
En caso de lesiones evidentes o después de procedimientos quirúrgicos, se puede suponer razonablemente que un perro experimentará dolor. Aunque los signos pueden ser sutiles, la observación cuidadosa a menudo revelará signos de dolor en la mayoría de los perros. La mayoría de los perros que experimentan dolor alteran su comportamiento de alguna manera. Un perro puede mostrarse reacio a subir escaleras, saltar al coche, mostrar una menor actividad o resistirse a que lo manejen o lo cojan. Los signos sutiles pueden ser nuestra única pista de que el perro está sufriendo.
El dolor artrítico es común en los perros mayores. Cualquiera que haya visto a un perro mayor luchar por levantarse o ser incapaz de ponerse de pie después de estar tumbado puede imaginar la incomodidad que estos perros deben soportar.
Otros signos de dolor incluyen (pero no se limitan a):
- gimiendo o vocalizando
- volviéndose callados, retraídos, y antisocial
- mostrar una agresividad inusual cuando se le acerca o se le toca (un intento de protegerse de más dolor)
- mantener las orejas pegadas a la cabeza
- aumentar el lamido de una zona dolorosa/sensible
- disminuir el apetito
- reticencia a caminar, correr, subir escaleras, saltar o jugar
- rigidez o cojera
- retraso en los paseos o detención total durante los mismos
- cambios en la personalidad
- aumento del jadeo y/o inquietud
¿Cómo se trata el dolor en los perros?
Si su perro se somete a un procedimiento quirúrgico o dental, no tenga miedo de preguntar qué tratamiento del dolor se le proporcionará. La mayoría de estos procedimientos requieren algún tratamiento del dolor postoperatorio, aunque la duración del tratamiento variará según el procedimiento. Por lo general, su perro recibirá medicamentos para aliviar el dolor antes, durante y después de la cirugía o de un procedimiento dental.
«Su veterinario elegirá los fármacos adecuados en función de
las necesidades específicas de su mascota».
Hay muchos tipos de fármacos utilizados para prevenir y disminuir el dolor. Su veterinario elegirá los fármacos adecuados en función de las necesidades específicas de su mascota. Algunos medicamentos veterinarios comunes para aliviar el dolor incluyen:
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Estos fármacos interfieren en la producción de moléculas inflamatorias del organismo que desencadenan el dolor y la hinchazón. Los AINE deben utilizarse con precaución porque pueden provocar problemas hepáticos, renales, estomacales y/o intestinales. Algunos AINE prolongan el tiempo de coagulación de la sangre. Los AINE se utilizan para tratar el dolor y el malestar de leve a moderado.
Opioides. Utilizados para el dolor más intenso, esta clase de medicamentos para el alivio del dolor incluye la morfina, la codeína, el fentanilo, la buprenorfina y la hidromorfona. Los opioides se utilizan para tratar el dolor quirúrgico intenso y también pueden utilizarse en casos avanzados de cáncer o para controlar el dolor intenso de la artritis. Los opioides tienen un lugar en casos seleccionados para mantener una buena calidad de vida para un perro que experimenta dolor crónico.
Otras opciones. Hay nuevas aplicaciones de los medicamentos existentes, como la gabapentina (nombres de marca: Neurontin®, Aclonium®, Equipax®, Gantin®, Gabarone®, Gralise®, Neurostil®, Progresse®), tramadol (marcas: Ultram®, ConZip®, Durela®, Ralivia®, Rybix®, Ryzolt®, Tridural®, Zytram®), y citrato de maropitant (nombre de marca: Cerenia®) que ofrecen opciones adicionales de alivio del dolor para los perros. La cortisona y los fármacos sintéticos similares a la cortisona, como la prednisona, la prednisolona, la metilprednisolona y la dexametasona, son potentes medicamentos antiinflamatorios y pueden tener un impacto muy profundo en el tratamiento del dolor. Sin embargo, es más frecuente el uso de terapias más nuevas y eficaces.
El dolor no tratado es algo que ninguna mascota debería experimentar. Observando atentamente a su mascota para detectar signos sutiles de dolor y trabajando con su veterinario, puede ayudar a su perro a disfrutar de una vida sin dolor.