Siete horas después de la ingestión suicida de unos 21 g de ácido bórico, una mujer de 26 años ingresó en nuestro hospital en un estado de ligera alteración de la conciencia, con vómitos frecuentes, escalofríos, fiebre y enrojecimiento de la piel. Inmediatamente se realizó un lavado gástrico, seguido de la administración de carbón activado y laxante (MgSO4). Para asegurar su micción, se llevó a cabo una terapia de infusión de líquidos con ayuda de diuréticos (furosemida). Dado que las concentraciones séricas de ácido bórico eran muy elevadas, se realizó hemodiálisis dos veces durante las primeras 39 h. Respondió bien al tratamiento mencionado y fue dada de alta 12 días después del ingreso sin ninguna secuela. Se midieron las concentraciones de ácido bórico en suero y orina en intervalos adecuados con nuestro método de Miyamoto modificado, y se analizó la farmacocinética del ácido bórico. La concentración de ácido bórico en suero y orina al inicio del tratamiento fue de 465 microgramos/ml y 3,40 mg/ml, respectivamente. La vida media del ácido bórico en suero fue de 13,46 h, mientras que se redujo a 3,76 h durante la hemodiálisis. El aclaramiento corporal total fue de 0,99 l/h, mientras que aumentó a 3,53 l/h mediante hemodiálisis. La eliminación adicional de ácido bórico mediante hemodiálisis se estimó en unos 5 g. Se concluyó que la hemodiálisis era muy útil en el tratamiento de la intoxicación por ácido bórico, ya que aceleraba la eliminación del mismo unas cuatro veces más rápido que con el tratamiento convencional.
Arquidia Mantina
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