Si bien la repetición se utiliza en las músicas de todas las culturas, los primeros músicos en utilizar bucles, ya en 1944, fueron pioneros de la música electroacústica como Pierre Schaeffer, Halim El-Dabh (Holmes 2008, p. 154), Pierre Henry, Edgard Varèse y Karlheinz Stockhausen (Decroupet y Ungeheuer 1998, pp. 110, 118-119, 126). A su vez, la música de El-Dabh influyó en el uso que hizo Frank Zappa de los bucles de cinta a mediados de la década de 1960 (Holmes 2008, págs. 153-154).
Terry Riley es un compositor e intérprete fundamental de música basada en bucles y ostinatos que comenzó a utilizar bucles de cinta en 1960. Para su obra de 1963 Music for The Gift ideó un looper de hardware que denominó Time Lag Accumulator, consistente en dos grabadoras conectadas entre sí, que utilizó para hacer bucles y manipular al trompetista Chet Baker y su banda. Su composición de 1964 In C, un ejemplo temprano de lo que más tarde se llamaría minimalismo, consta de 53 frases melódicas repetidas (loops) interpretadas en directo por un conjunto. «Poppy Nogood and the Phantom Band», la cara B de su influyente álbum de 1969 A Rainbow in Curved Air, utiliza bucles de cinta de su órgano eléctrico y saxofón soprano para crear una música electrónica que contiene sorpresas, así como una repetición hipnótica.
Otro uso influyente de los bucles de cinta fue la música dub jamaicana en la década de 1960. El productor de dub King Tubby utilizaba bucles de cinta en sus producciones, mientras improvisaba con unidades de retardo caseras. Otro productor de dub, Sylvan Morris, desarrolló un efecto de eco de slapback utilizando bucles de cinta mecánicos y hechos a mano. Estas técnicas fueron adoptadas posteriormente por los músicos de hip hop en la década de 1970 (Veal 2007, pp. 187-188). El turntablism de Grandmaster Flash es un ejemplo temprano en el hip hop.
El uso de bucles pregrabados y muestreados digitalmente en la música popular se remonta a la banda japonesa de música electrónica Yellow Magic Orchestra (Condry 2006, p. 60), que publicó uno de los primeros álbumes que incluía principalmente muestras y bucles, Technodelic de 1981 (Carter 2011). Su enfoque del muestreo fue un precursor del enfoque contemporáneo de construir música cortando fragmentos de sonidos y poniéndolos en bucle mediante tecnología informática (Condry 2006, p. 60). El álbum se produjo con el muestreador digital PCM LMD-649 de Toshiba-EMI, que el ingeniero Kenji Murata construyó a medida para YMO (Anon. 2011, 140-141).