Antes de la intervención, una enfermera y un médico repasarán los detalles de la cirugía y responderán a cualquier pregunta.
Pueden pedir al individuo que se somete a la cirugía que realice algunas pruebas de rutina, como un análisis de sangre, una radiografía o un trazado cardíaco eléctrico.
Los médicos y las enfermeras también harán algunas preguntas sobre el estado de salud general, la medicación actual o las posibles alergias.
Al entrar en el hospital, el anestesista se reunirá con la persona que se va a operar para explicarle todos los elementos de la anestesia.
Preparación
La septoplastia suele implicar la aplicación de anestesia general. Un anestesista pone a un individuo a dormir durante la cirugía. A veces, los cirujanos optan por utilizar anestesia local y sedación intravenosa en su lugar, pero lo discutirán primero con el paciente.
Al igual que con otras cirugías que utilizan anestesia general, las personas no deben comer, beber o incluso masticar chicle después de cierta hora en la noche antes del procedimiento.
Si es necesario, un médico o una enfermera dará más instrucciones sobre cuándo y cómo tomar los medicamentos.
Para reducir el riesgo de hemorragia, el médico probablemente pedirá a la persona que deje de tomar cualquier medicamento anticoagulante oral hasta una semana antes de la cirugía. Cualquier persona que tome anticoagulantes u otros fármacos debe comentarlo con el cirujano.
Procedimiento
Durante una septoplastia, el cirujano intentará enderezar el cartílago y el hueso doblados del tabique. En primer lugar, levantan el revestimiento mucoso que cubre el cartílago y el hueso.
A continuación, el cirujano vuelve a dar forma al cartílago y al hueso, a veces eliminando porciones. Después, volverá a colocar el revestimiento en su sitio.
Si los cornetes agrandados están causando una obstrucción, el cirujano puede intentar reducirlos con radiofrecuencia. En otros casos, el cirujano extirpará una parte de los cornetes.
Resultados y recuperación
Hasta el 85 por ciento de las personas experimentan una mejora en su obstrucción nasal después de la cirugía.
Las personas suelen sentirse somnolientas durante unas horas después de la cirugía. Algunos sentirán náuseas, debido a la anestesia. También pueden sentir dolor por el procedimiento. Las personas deben informar a la enfermera de cualquier efecto posterior. El equipo médico probablemente colocará un tapón en ambas fosas nasales. Este taponamiento significa que la persona debe respirar por la boca inmediatamente después del procedimiento. El taponamiento se coloca para ayudar a detener cualquier hemorragia que se produzca inmediatamente después de la cirugía.
La enfermera retirará el taponamiento una vez que el médico dé el alta al individuo en el hospital.
Raramente, el profesional sanitario coloca férulas en la nariz. Si es así, suele concertar otra cita en 7 días para retirar las férulas.
Si no se producen complicaciones, el médico suele enviar al individuo a casa el mismo día de la intervención. Deberá estar presente un familiar o amigo para acompañarle.
Es de esperar que se produzcan algunas congestiones y hemorragias tras el alta hospitalaria mientras su cuerpo se recupera. Estos síntomas deberían desaparecer en las dos semanas siguientes.
También es frecuente el dolor, para el que las personas pueden tomar analgésicos siguiendo los consejos de su médico.
Consejos de estilo de vida
Mientras la nariz se cura, las personas pueden evitar lo siguiente para facilitar la recuperación:
- durante al menos 2 ó 3 días, sonarse la nariz
- beber alcohol
- fumar tabaco
- regresar al trabajo demasiado pronto
- correr, sobre todo en zonas en las que es más probable encontrarse con el humo del tabaco y con otros individuos resfriados o con tos, lo que aumenta las posibilidades de enfermar
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