Síntomas del lipedema
Los síntomas típicos son una mitad inferior grande y unas piernas en forma de columna, que a menudo son sensibles y se amoratan con facilidad. Por ejemplo, la mitad superior de su cuerpo puede ser una talla 8, pero la mitad inferior puede ser una talla 16.
A medida que la enfermedad progresa, la grasa sigue acumulándose y la parte inferior de su cuerpo se vuelve más pesada. La grasa lipedémica puede acumularse posteriormente en los brazos.
Con el tiempo, las células grasas bloquean los vasos del sistema linfático, que normalmente ayuda a equilibrar los niveles de líquidos del cuerpo y a protegerlo contra las infecciones. Esta obstrucción impide el correcto drenaje del líquido linfático, lo que provoca una acumulación de líquido denominada linfedema.
Si no se trata, el linfedema puede provocar problemas como infecciones, retraso en la cicatrización de las heridas, desarrollo de un tejido similar a una cicatriz denominado fibrosis y endurecimiento de la piel en las piernas.
A diferencia de la obesidad, afecta a las piernas, los muslos y, en ocasiones, los brazos. A diferencia del linfedema, el lipedema no comienza en la parte inferior de las piernas (pies y tobillos) sino en la parte superior, y no está relacionado con una cirugía previa. Suele afectar a ambas piernas.