LECTURAS RÁPIDAS

La vitamina E, el antioxidante liposoluble, es una vitamina muy importante que se obtiene exclusivamente de la dieta y de los suplementos. Esta increíble vitamina, denominada colectivamente tocochromanoles, es un grupo de 8 compuestos liposolubles que comprenden 4 tocoferoles y 4 tocotrienoles. Cada uno de ellos se subdivide en las clases alfa α, beta β, gamma γ y delta δ. Entre los tocoferoles, los alfa y gamma-tocoferoles se detectan en los glóbulos rojos y en el suero, mientras que los beta y delta-tocoferoles se encuentran en concentraciones mínimas en el plasma sanguíneo.

La vitamina E desempeña un papel clave en la eliminación de los radicales libres que pueden dañar potencialmente las células, los tejidos y diversos órganos del cuerpo. Al ser de naturaleza liposoluble, estas vitaminas se almacenan en los tejidos grasos del cuerpo y, por lo tanto, no es necesario tomarlas con regularidad.

Funciones

Al ser una de las vitaminas liposolubles esenciales, la vitamina E es extremadamente beneficiosa para el funcionamiento saludable de los órganos corporales. Tiene una gran importancia en el tratamiento de una multitud de dolencias y en la inmunización del cuerpo contra una serie de infecciones microbianas.

La vitamina E es un potente antioxidante. Durante la oxidación de las grasas, inhibe la formación de moléculas reactivas de oxígeno y protege a las células del cuerpo de cualquier daño causado por los radicales libres, reduciendo así el riesgo de varias formas de cáncer en los pulmones, la cavidad oral, el estómago, el recto y la próstata.

Varios estudios científicos sugieren que la vitamina E tiene una gran importancia en el control de la diabetes, la prevención y el tratamiento de los problemas cardíacos, como la hipertensión, el infarto de miocardio, el dolor de pecho y el endurecimiento de las arterias.

La potente propiedad antioxidante de la vitamina E tiene una gran importancia en la dermatología y se ha utilizado desde siempre. La vitamina E utilizada en forma de aceite, suero o suplemento actúa como un batallón de la piel y ayuda a protegerla contra diversos problemas cutáneos, como la inflamación, el envejecimiento de la piel y los daños causados por el sol. También reduce la aparición de cicatrices y mantiene la piel humectada e hidratada.

La vitamina E es el ingrediente clave para un cuero cabelludo sano y un cabello nutrido. Cuando se utiliza de forma tópica en el cuero cabelludo, crea una barrera protectora y bloquea la humedad en su interior, evitando así que el cabello tenga un aspecto apagado y encrespado. También reduce el estrés oxidativo y previene la caída del cabello.

La vitamina E desempeña un papel clave en la producción de prostaglandinas, necesarias para controlar la presión sanguínea y regular la contracción muscular.

Este potente antioxidante favorece la resistencia física, aumenta los niveles de energía del cuerpo y reduce la fatiga de los músculos después de un entrenamiento intenso o una sesión de gimnasia.

Diversas investigaciones recomiendan también el uso de la vitamina E para tratar el asma, las enfermedades respiratorias, la infertilidad, la impotencia, la fibrosis quística, las cataratas y las alergias.

Además, se ha comprobado que es importante contra los trastornos del cerebro y del sistema nervioso. Reduce los riesgos de la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer, la demencia, la epilepsia, la artritis reumatoide, el síndrome de las piernas inquietas y la corea de Huntington.

Fuentes alimentarias

La madre naturaleza nos ha proporcionado una abundante cantidad de fuentes alimentarias naturales cargadas de vitamina E que satisfacen nuestras necesidades diarias.

Aquí hay algunas fuentes de alimentos que son abundantes en vitamina E:

Verduras de hoja verde como las espinacas, el brócoli, el tomate, el nabo, las aceitunas, los aguacates, las judías verdes, los pimientos, etc.

Frutas como el mango, la frambuesa, el arándano y el kiwi.

Frutos de cáscara como la almendra, la avellana, el cacahuete, las nueces de Brasil, las avellanas, etc.

Alimentos enriquecidos como los cereales, los zumos de frutas, las pastas para untar, las margarinas, etc.

Aceites vegetales como el aceite de girasol, el aceite de maíz, el aceite de germen de trigo, el aceite de soja, el aceite de cártamo, etc.

Fuentes animales como el arenque, el atún, las sardinas, etc.

Deficiencia

La vitamina E, al ser una excelente fuente de antioxidantes, tiene multitud de beneficios. Raramente se observa, pero la carencia continua de esta vitamina puede causar graves muertes. Generalmente se reporta en personas que han adquirido o heredado un tipo de condición que restringe su capacidad de absorber esta vitamina a través de la dieta o su cuerpo inhibe el metabolismo de las grasas. La falta de esta increíble vitamina en la dieta habitual también puede presentar algunos síntomas graves como una respuesta inmunitaria obstaculizada, problemas neurológicos y neuromusculares, anemia hemolítica y retinopatía.

Si no se trata a tiempo, los síntomas pueden conducir a la ceguera total, a una disminución de la capacidad de pensar, a una enfermedad cardíaca o a un daño permanente de los nervios.

Disartria:

Se trata de un trastorno del habla causado por una lesión neural del componente motor del cerebro que provoca una dificultad para pronunciar las palabras.

Miopatía:

Problema muscular en el que las fibras musculares no funcionan correctamente, lo que da lugar a calambres, espasmos y rigidez.

Retinopatía:

Enfermedad ocular causada por el flujo anormal de sangre a la retina del ojo, que da lugar a una alteración de la visión.

Anemia hemolítica:

Trastorno sanguíneo en personas que ya padecen anemia, es decir, una cantidad de glóbulos rojos inferior a la normal en el organismo. La hemólisis se produce cuando los glóbulos rojos se destruyen a un ritmo más rápido del que se forman.

Varias investigaciones también informaron de la falta de vitamina E en bebés que habían nacido prematuramente y en adultos que sufrían problemas de hígado, enfermedad de Crohn, fibrosis quística, etc.

Toxicidad

Al ser un ingrediente esencial para una dieta equilibrada, aporta una serie de beneficios cuando se toma en una cantidad adecuada a través de los alimentos. Como la vitamina E es soluble en lípidos, generalmente se acumula en el cuerpo y a veces no se elimina por completo a través del sistema.

El consumo de una dosis más alta de esta vitamina E a través de suplementos puede conducir a la acumulación a un nivel tóxico que conduce a un sangrado excesivo, náuseas, disfunción gonadal, visión borrosa, fatiga, hematomas, calambres estomacales, etc.

Los estudios recomiendan que la ingesta de vitamina E en adultos sea de aproximadamente 8-10 mg de tocoferol de fuentes alimentarias naturales al día, pero si una persona sufre alguna dolencia cardíaca o diabetes, se recomienda evitar el consumo de más de 400 UI al día.

Aunque se trata de un nutriente extremadamente beneficioso, siempre se recomienda tomar esta vitamina dentro de la ración dietética recomendada para potenciar el organismo sólo con los increíbles beneficios y evitar cualquier efecto secundario.

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