Objetivos: Las infecciones del tracto urinario (ITU) y las infecciones pélvicas tempranas debidas a enfermedades de transmisión sexual (ETS) pueden causar síntomas similares. Por lo tanto, una simple anamnesis y una muestra de orina para establecer un diagnóstico de ITU puede dar lugar a un tratamiento excesivo de las ITU y a un tratamiento insuficiente de las ETS. El objetivo de este estudio fue determinar la proporción de mujeres con síntomas sugestivos de una ITU que son positivas al cultivo de orina frente a las negativas, la prevalencia de ETS entre los grupos, y si los elementos de la historia o el examen pueden predecir las que requieren un cribado de ETS.
Métodos: Se trata de un estudio de cohorte prospectivo en un servicio de urgencias urbano. Se inscribieron mujeres de 18 a 55 años de edad con frecuencia urinaria, urgencia, disuria y sin flujo vaginal nuevo o cambio en el flujo. Se realizó una anamnesis detallada, un sondaje vesical para un análisis de orina, una inmersión en orina y un cultivo de orina, un examen pélvico y muestras de cuello uterino para gonorrea y Chlamydia trachomatis ADN ligasa, y un examen de montaje húmedo. Las principales mediciones de resultados fueron el porcentaje de mujeres que dieron positivo en el cultivo de orina (utilizando el criterio de recuento bajo de 10(2) unidades formadoras de colonias /mL), la proporción de ETS entre los grupos de cultivo de orina, y el análisis univariante y la regresión logística de los elementos históricos y del examen.
Resultados: Se inscribieron 92 pacientes; la edad media fue de 26 años (rango, 18-51 años). A todos se les tomaron muestras para ADN ligasa (una cantidad no suficiente) y para análisis de orina o dip de orina, mientras que a 75 de 92 se les realizaron cultivos de orina. Un 57,3% (43/75) tuvieron cultivos de orina positivos a 10(2) UFC/mL, mientras que la tasa de ETS para los que tenían cultivos de orina fue del 17,3% (13/75). No hubo diferencias estadísticamente significativas en el número de ETS entre los grupos con urocultivo positivo y negativo. La única variable en la regresión logística que predice una ETS (basada en los 91 pacientes) fue más de una pareja sexual en el último año (p = 0,013). Ningún otro elemento de la historia o del examen pélvico ayudó a diferenciar a los que dieron positivo para una ETS.
Conclusiones: Un 17,3% de las mujeres con síntomas de una ITU en este estudio tenían una ETS, mientras que sólo el 57,3% tenían un cultivo de orina positivo por sondaje con criterios de bajo recuento. La proporción de ETS entre aquellas con y sin ITU no fue significativamente diferente.