Imagínese dirigiendo una orquesta que no puede oír. O tocar un piano sin sonido para un público que mira fijamente.
La mayoría sabe que el compositor clásico Ludwig van Beethoven luchó contra la sordera, pero muchos no se dan cuenta de la magnitud de su lucha. Además de componer sin oír una nota, Beethoven tuvo que lidiar con la vida en el siglo XIX, cuando pocos entendían la sordera, lo que dificultaba su capacidad de comunicación, de trabajar como músico e incluso de encontrar un lugar donde vivir. Cómo se enfrentó a esta sordera es una de las grandes historias de la humanidad, no sólo de la música.
Perdiendo el sonido
Beethoven empezó a perder la audición a mediados de los años 20, después de haberse labrado una reputación como músico y compositor. La causa de su sordera sigue siendo un misterio, aunque los análisis modernos de su ADN revelaron problemas de salud que incluían grandes cantidades de plomo en su organismo. En aquella época, la gente comía en platos de plomo, pero no lo sabían.
Continuando con la composición y la dirección de orquesta, cambiaba constantemente de alojamiento en Viena, lo que podría deberse a la frustración de los propietarios de Beethoven al verle aporrear el piano a todas horas.
Beethoven incluso siguió actuando en público como músico, lo que era necesario para muchos compositores de la época: Así daban a conocer sus obras, no sólo componiendo sino actuando. Durante mucho tiempo no quiso revelar su sordera porque creía, justificadamente, que arruinaría su carrera.
Sin embargo, su condición no pasó desapercibida. El compositor Louis Sporh reaccionó al ver a Beethoven ensayar al piano en 1814: «…la música era ininteligible a menos que uno pudiera mirar la parte del pianoforte. Me entristeció profundamente un destino tan duro».
Se alejó de la vida pública
Una vez que su capacidad auditiva desapareció por completo a los 45 años, Beethoven perdió su vida pública con ella. Abandonando la actuación y las apariciones públicas, sólo permitía que le visitaran algunos amigos, comunicándose a través de conversaciones escritas en cuadernos. Su sordera le obligó a convertirse en una persona muy privada e insular con el paso del tiempo.
Componer en silencio
Una pregunta común es cómo Beethoven siguió componiendo sin su audición, pero es probable que esto no fuera demasiado difícil. La música es un lenguaje, con reglas. Conociendo las reglas de cómo se hace la música, podía sentarse en su escritorio y componer una pieza musical sin oírla.
El estilo de Beethoven cambió, sin embargo, cuando se retiró de la vida pública. Sus sonatas para piano, antes vivaces, empezaron a adquirir un tono más oscuro.
Su famosa Sexta Sinfonía también refleja su diferente vida en la sordera. También conocida como la Sinfonía Pastoral, la obra musical transmite la paz del campo, donde Beethoven escapó de la vida de la ciudad tras perder la audición. Desde el punto de vista de su sordera, se trataba de una sinfonía muy importante, que reflejaba la importancia, como individuo, de mantener la cordura estando en el campo.
«Qué gusto me dará pasear durante un tiempo entre arbustos, bosques, bajo los árboles, entre la hierba y alrededor de las rocas» – Beethoven en una carta escrita en mayo de 1810
Esta y otras piezas de sus años sin audición reflejan su increíble dominio de la composición. Beethoven era un maestro del lenguaje musical, que consiste en crear sonidos, no en escucharlos.