En los dos primeros años de la aprobación del uso del fármaco en Estados Unidos, entre 2 y 3 pacientes de cada 100.000 abusaban del tramadol, según los expertos. Los investigadores también descubrieron que los pacientes eran susceptibles de sufrir síntomas de abstinencia similares a los de los opiáceos tras dejar el tratamiento con tramadol. De hecho, el 40% de los efectos adversos asociados al tramadol están relacionados con la interrupción del analgésico.
Sólo en 2010, se documentaron más de 16.000 visitas a urgencias derivadas del uso de tramadol con fines no terapéuticos.
El pasado mes de junio, el Reino Unido decidió someter al tramadol a estrictas restricciones. Varios estados han aplicado sus propias leyes para clasificar el tramadol como sustancia controlada. Como resultado, el nivel de exposición a la droga ha disminuido en esas zonas.
Ahora que la DEA ha intervenido, existe la posibilidad de que la cantidad de exposición al tramadol disminuya en todo el país.
«Como ha confirmado la asociación, los actuales distribuidores de tramadol son personas registradas por la DEA con un almacenamiento de sustancias controladas que cumple con la normativa de la DEA», explicó la agencia en su declaración. «La DEA entiende que los manipuladores de tramadol pueden necesitar hacer modificaciones en sus actuales procedimientos de seguridad para el cumplimiento. Estas modificaciones necesarias para el cumplimiento de la seguridad serán una modificación de una sola vez para proporcionar el almacenamiento adecuado, la revisión de los procedimientos operativos, la formación del personal y las modificaciones de los sistemas de control de pedidos sospechosos para incluir las verificaciones de los clientes.»