Un paciente se somete a una inyección anti-VEGF. Haga clic en la imagen para ampliarla.
El paciente no debe hablar, toser o estornudar, ya que los aislamientos de estreptococos en la saliva tienen tres veces más probabilidades de causar endoftalmitis tras la inyección intravítrea que tras la cirugía intraocular.7 Todos los presentes deben llevar mascarilla.
Se instilará una gota de povidona yodada al 5,0% directamente en el lugar de la inyección, luego el cirujano introducirá la aguja perpendicularmente a la esclerótica y a través de la pars plana subyacente, e inyectará el medicamento en la cámara vítrea. Se comprobará la agudeza visual bruta del paciente para asegurarse de que el aumento del volumen de la cámara vítrea no ha provocado una disminución significativa de la profusión retiniana. El paciente debe ser capaz de contar con precisión los dedos a los pocos segundos de la inyección. Después de retirar el espéculo, el párpado y el ojo se enjuagarán con suero fisiológico para eliminar cualquier residuo de povidona yodada para prevenir la queratitis puntiforme superficial.
Las inyecciones intravítreas pueden hacer que el paciente vea un punto negro debido a una burbuja de aire en la medicación. Esto no es grave, y la burbuja de aire debería reabsorberse en aproximadamente una semana. Puede producirse una hemorragia subconjuntival, pero también debería resolverse espontáneamente y sin complicaciones en una semana. Los efectos secundarios significativos tras las inyecciones intravítreas son poco frecuentes.8 El paciente debe evitar los ambientes polvorientos y frotarse los ojos y volver al médico si experimenta una disminución de la visión, dolor y enrojecimiento o destellos y moscas volantes.
El Sr. Bauer y la Sra. Tran son estudiantes de cuarto año de optometría en la Universidad del Pacífico en Forest Grove, Oregón.
El Dr. Skorin es consultor en el Departamento de Cirugía, División Comunitaria de Oftalmología en el Sistema de Salud de la Clínica Mayo en Albert Lea, MN.