¿Qué ocurre cuando llega a una meseta de presión arterial alta?
Ha realizado cambios en su estilo de vida. Está tomando un diurético y al menos otros dos medicamentos para la presión arterial. Pero su presión arterial sigue sin ceder. Esto se llama hipertensión resistente. En pocas palabras, significa que su presión arterial alta (HBP o hipertensión) es difícil de tratar y también puede tener una causa subyacente (secundaria).
Causas posibles de la hipertensión resistente
La hipertensión resistente puede tener una o más condiciones médicas subyacentes. Además de tratar la hipertensión resistente con medicamentos, los médicos suelen investigar las causas secundarias (factores contribuyentes), como:
- Anomalías en las hormonas que controlan la presión arterial.
- La acumulación de placa que obstruye las arterias en los vasos sanguíneos que nutren los riñones, una afección denominada estenosis de la arteria renal.
- Problemas de sueño, como el tipo de ronquido de retención de la respiración conocido como apnea obstructiva del sueño.
- La obesidad o el consumo excesivo de alcohol u otras sustancias que pueden interferir con la presión arterial.
Monitoreo y tratamiento de la hipertensión resistente
El control de los niveles de presión arterial comienza con lo básico, como la comprensión de sus patrones de presión. A veces eso significa llevar un registrador automático de la presión arterial del tamaño de un localizador durante 24 horas o comprobar la presión con un monitor casero varias veces al día. El tratamiento también suele implicar un cambio o adición de medicamentos y la investigación de las causas secundarias, junto con cambios clave en el estilo de vida, como:
- Consumir una dieta equilibrada y baja en sal
- Limitar el alcohol
- Realizar una actividad física regular
- Mantener un peso saludable
- Controlar el estrés
- Tomar los medicamentos correctamente. Las personas con hipertensión resistente deben tomar los medicamentos adecuados, en las dosis correctas y en el momento adecuado. NO tome medicamentos o suplementos que puedan aumentar la presión arterial, como las píldoras dietéticas y los estimulantes, la ciclosporina, el regaliz natural, la efedra y los analgésicos y agentes antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno y el celecoxib.
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