La festividad extraoficial de Halloween es un campo de batalla entre españoles que, pese a su implantación relativamente reciente, se ha convertido en tradicional. De hecho, en este año de pandemias y limitación de actividades, sin fiestas de disfraces, una de las pocas que se pueda mantener es el debate en redes sobre si Halloween sí o Halloween no.
Sus críticos la rechazan por su inspiración ‘comercial’ y por su pátina de ‘americanismo’ -y en eso coinciden izquierdas y derechas-. Quienes la apoyan hablan de que es la recuperación de una tradición ancestral: el celta Samain, en lo que no les falta razón, dado que las tradiciones estadounidenses de origen no nativo son de origen europeo (o africano, o asiático…). El Samain celta se celebraba hace ya unos 3.000 años. Halloween ‘yanqui’, desde mediados del XIX.
Otros, simplemente, celebran la fiesta.
¿De dónde procede la fiesta de Halloween?
La fiesta de Samain, relacionada con el año nuevo celta, era considerada como un momento propicio para que los espíritus de los antepasados se paseasen por la tierra y por tanto era más fácil que pudieran comuncarse con sus descendientes. Los vivos visitaban sus sepulturas portando flores, que se suponía que facilitaban la comunicación con los ancestros, y en ocasiones celebraban fiestas y banquetes junto o sobre las tumbas.
Esta costumbre perduró durante muchos siglos en la España celta y en ella, la costumbre de colocar calabazas iluminadas se mantuvo hasta fecha relativamente reciente, conectando con la de Halloween. También se creía que, además de los antepasados, los espíritus malignos podían desplazarse por el mundo de los vivos. Para confundirse con ellos y no ser atacado, era conveniente disfrazarse con lo que se suponía que era su aspecto.
¿Cómo se pasa del Samain al Halloween?
Cuando el cristianismo comenzó a extenderse por Europa, con el Samain celta se aplicó una técnica que la propia Iglesia recomendaba y recomendó durante mucho tiempo a sus misioneros: cristianizar los lugares sagrados y tradiciones en la medida de lo posible. De hecho, muchos santuarios y festividades tienen raíces en épocas precristianas. Así, el Samain se transformó en Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos.
En los lugares europeos de raigambre celta, el Día de Difuntos conservó muchas de sus características propias y adoptó el nombre de All of Saints Eve (Víspera de Todos los Santos), abreviado en Halloween Los emigrantes irlandeses las trasladaron a los Estados Unidos, donde llegaron a mediados del siglo XIX, y de allí volvió a Europa transformada en Halloween, para regocijo de fabricantes de chucherías y disfraces.