Es difícil para la mayoría de las personas saltar directamente de la cama, y parece ser igualmente difícil despertar rápidamente un pie que se ha quedado dormido. Pero hay formas de disminuir rápidamente esa extraña sensación de hormigueo y entumecimiento llamada parestesia.
Solución rápida uno: cambiar de posición
La parestesia se debe tanto a la compresión de los nervios como a la reducción de la circulación sanguínea por cosas como cruzar las piernas, así que lo primero que hay que hacer es cambiar la posición de la extremidad afectada para que los nervios puedan volver a comunicarse correctamente con el cerebro y la sangre pueda empezar a fluir de nuevo.
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Solución rápida dos: Ponte de pie
Ponerse de pie puede ayudar a enderezar aún más los nervios pellizcados en las piernas y los pies, así como promueve una mejor circulación sanguínea. Intente mover el pie afectado en pequeños círculos, estirando los músculos de la pantorrilla y poniéndose ligeramente de pie sobre el pie que se ha dormido para ayudarle a «despertarse».
Solución rápida tres: Sacúdete o camina
Si es posible, camina un poco para reducir el hormigueo y ayudar a que tu cuerpo vuelva a funcionar normalmente. Por supuesto, esto sólo es posible si algo de la sensación y la fuerza normales han vuelto al pie afectado. Si no es así, intente sacudir suavemente la extremidad entumecida para ayudar a reducir la sensación de pinchazos.
Solución rápida cuatro: Reciba un masaje
Intente aplicar presión a su pie o pida a un amigo o amante que le dé un masaje de pies y piernas. Esto puede ayudar a aumentar el flujo sanguíneo, reducir el entumecimiento y relajar los tendones y músculos tensos.
Solución rápida cinco: Remoje los pies en un baño de pies
Los músculos tensos y la mala circulación son a veces los culpables de la parestesia, así que pruebe a remojar los pies en un baño de sal de Epsom caliente para aumentar el flujo sanguíneo y extraer las toxinas que tensan los músculos. También puede intentar aumentar su consumo de minerales como el calcio y el magnesio, así como de vitaminas B6 y B12. La falta de estos nutrientes puede provocar a veces problemas de dolor en los pies y las piernas.