Entretenimiento
Por Michael Riedel
24 de abril de 2017 | 10:41am
Casi 50 años después de que Frank Serpico expusiera la corrupción endémica en el Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York, su nombre todavía divide a la gente.
Para algunos, especialmente los de la izquierda, Serpico es un denunciante, un valiente solitario que se enfrentó a un sistema siniestro. Para los partidarios de la ley y el orden y para muchos ex policías, es una rata que, por el bien de «unas pocas manzanas podridas», traicionó a los hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas protegiendo a los neoyorquinos del caos urbano de los años 60 y 70.
Y para los aficionados al cine, es la inspiración de «Serpico», la dura película de Sidney Lumet de 1973 que convirtió a Al Pacino en una estrella.
Pues bien, ¿qué significa el nombre de «Serpico» para el propio hombre?
A sus 81 años, todavía lo está averiguando.
«La gente no sabe quién era Serpico», dice en «Frank Serpico», un documental que se estrena el domingo en el Festival de Cine de Tribeca. «Durante mucho tiempo yo tampoco lo sabía. La gente dice: ‘Llama a Serpico, él se encargará’. Pues bien, ocúpate tú mismo».
Escrita y dirigida por Antonino D’Ambrosio, «Frank Serpico» es un convincente estudio psicológico de un detective de paisano que, cuando hizo públicas sus acusaciones de corrupción, se convirtió en el policía más famoso del mundo. Y luego, una noche de febrero de 1971, su carrera terminó cuando recibió un disparo en la cara durante una redada de drogas. Si sus compañeros de policía le tendieron una trampa sigue siendo una misteriosa posibilidad, y la película arroja dudas sobre la investigación oficial de seguimiento.
Pero como dice D’Ambrosio, «Recibir un disparo no fue la peor parte de lo que le ocurrió a Frank. Fue vivir con los cinco años de terror y paranoia que vinieron antes del tiroteo . Se jugó la cabeza. Defendió la integridad y el honor. ¿Pero realmente cambió algo? Él piensa en eso todo el tiempo. El pasado está siempre presente para él».
Serpico es un personaje maravillosamente excéntrico. La película le sigue mientras curiosea por sus viejos rincones del West Village, donde vivió en los años 60 cuando el barrio «ni siquiera estaba en la red», como dice uno de sus viejos amigos en la película.
Mientras que la mayoría de los policías volvían a casa con sus esposas e hijos en los suburbios, Serpico prefería la compañía de aspirantes a artistas, escritores, actores, bailarines y modelos. Le gustaba el ballet y la ópera, y pasar el rato en las cafeterías del Village discutiendo libros de filosofía. Muchos de sus amigos no sabían que era policía hasta que su nombre empezó a aparecer en los periódicos una vez que la Comisión Knapp empezó a investigar sus cargos.
En una escena memorable del documental, Serpico vuelve a visitar su antiguo apartamento en la planta baja de Perry Street. Está vacío y, mientras pasea, parece retroceder en el tiempo.
«Fue un momento increíble», dice D’Ambrosio. «Es Serpico interpretando al Serpico que era hace 45 años». Se ríe y añade: «Frank no es tímido ante las cámaras».
Habiendo leído el exitoso libro de Peter Maas «Serpico», que inspiró la película de Lumet, D’Ambrosio conoció al policía por primera vez en la década de los 90, cuando le escuchó hablar en una reunión del Consejo Municipal en la que se abordaban las polémicas políticas policiales del alcalde Guiliani. D’Ambrosio escribió en su diario: «Algún día haré la película de Frank Serpico».
Veinte años después, envió a Serpico un breve correo electrónico y recibió una invitación para visitar al ex policía en su granja del norte del estado de Nueva York.
«Era un tipo bastante recluso», dice D’Ambrosio. «Había rechazado ofertas para hacer otras películas a lo largo de los años, incluida una oferta de los Weinstein. Pero habían pasado 40 años desde la película original, y pensé que había vivido otra vida que merecía la pena explorar».
Aunque la mayor parte de «Frank Serpico» transcurre en el presente, D’Ambrosio utiliza hábilmente la película de Lumet como una especie de película casera de otra época.
«La película es una obra maestra», dice D’Ambrosio. «Y creo que Al Pacino debería recibir un premio cada año por hacer Serpico. Es increíble lo bien que lo captó».
El propio Serpico es ambivalente respecto a la versión hollywoodiense de su vida. Según cuenta en el documental, un día se presentó en el plató mientras Lumet rodaba una escena en la que un policía metía la cabeza de un sospechoso en un retrete.
Serpico nunca vio nada parecido en el trabajo y gritó: «Corten».
Cuando registró sus objeciones, Lumet le prohibió entrar en el plató.
«Frank Serpico» se proyecta los días 23, 24, 26 y 29 de abril en el Festival de Cine de Tribeca.