Fin de la Dinastía Qing

La Dinastía Qing gobernó China durante tres siglos, terminando con desórdenes civiles y presiones que llevaron al imperio a desmoronarse y caer en un faccionalismo de señores de la guerra que trajo inestabilidad y colapso económico.

Factores externos

Los grandes países europeos comenzaron a expandir su influencia en Asia durante el siglo XIX. Gran Bretaña consiguió hacerse con el control de Hong Kong y las Guerras del Opio terminaron con una gran humillación para el imperio chino que se volvió débil y vulnerable. Las regiones periféricas fueron las primeras afectadas por este golpe político y el emperador comenzó a perder el control sobre ellas.

Para 1900, múltiples países europeos como Alemania, Rusia, Francia, Gran Bretaña e incluso Japón intervinieron y lograron controlar el comercio sobre la frontera costera de China. Las fuerzas militares también se vieron influenciadas por esta invasión extranjera.

Factores internos

Las presiones externas hicieron que el emperador perdiera el control sobre sus territorios, pero el imperio también empezó a desmoronarse desde dentro. En 1900, los campesinos chinos se organizaron en un movimiento antiextranjero que protestaba contra los europeos y el gobierno Qing.

Después de un tiempo, el ejército chino y los campesinos unieron sus fuerzas, pero no fue suficiente para derrotar la invasión extranjera. En ese momento, el poder comenzó a alejarse del emperador y pasar a las potencias europeas invasoras. Al mismo tiempo, la negativa del gobernante a adoptar la reforma y la modernización hizo que la dinastía perdiera la lealtad de su pueblo.

Los últimos años

La dinastía Qing no quería reconocer su propia derrota. Intentando aferrarse al poder que le quedaba, el imperio gobernó durante otra década desde detrás de los muros de lo que hoy se conoce como la Ciudad Prohibida. El último emperador de China y último miembro de la familia Qing, un niño de 6 años llamado Puyi, tuvo que abdicar y renunciar al trono el 12 de febrero de 1912. Su desaparición puso fin a la era imperial, que se prolongó durante más de 1000 años.

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