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Hace poco tiempo, tomé ibuprofeno después de un procedimiento dental y me sorprendió lo bien que funcionó. Millones de personas han tenido experiencias similares con el ibuprofeno y los medicamentos relacionados (llamados antiinflamatorios no esteroideos, o AINE) cuando se utilizan para una serie de condiciones, incluyendo la artritis, el dolor de espalda y el dolor de cabeza. Por ello, los AINE se encuentran entre los fármacos más recetados en todo el mundo.
Existen más de una docena de AINE diferentes, como el naproxeno (como en Naprosyn o Aleve), el celecoxib (Celebrex), el diclofenaco (Voltaren) y la indometacina (Indocin). La aspirina también es un AINE, aunque suele tomarse en pequeñas dosis por sus efectos anticoagulantes (para prevenir ataques cardíacos o derrames cerebrales) más que por el dolor.
Los AINE son bastante seguros, pero no están exentos de riesgos
El perfil de seguridad de los AINE es, en general, bastante bueno, especialmente cuando se toman en pequeñas dosis durante periodos cortos de tiempo. Por eso varios de ellos, como el ibuprofeno y el naproxeno, están disponibles en dosis bajas sin receta en este país y en otros.
Sin embargo, como ocurre con cualquier medicamento, los AINE pueden causar problemas. El malestar estomacal, las hemorragias intestinales y los problemas cardiovasculares son algunos de los efectos secundarios más importantes y ampliamente reconocidos. Pero la lista es más larga. El riesgo de sufrir un ataque al corazón puede aumentar entre los usuarios de AINE, especialmente entre los que tienen un mayor riesgo (como los que han tenido un ataque al corazón anteriormente). Otro elemento importante de esa larga lista es la lesión renal. La mayoría de las veces, los problemas renales relacionados con los AINE se desarrollan en personas que ya tienen una enfermedad renal o que toman otros medicamentos que pueden afectar a la función renal. Las dosis altas y el uso prolongado también son factores de riesgo.
Un nuevo estudio sobre el uso de AINE durante el ejercicio
El uso de AINE es común entre las personas que lidian con dolores durante y después del ejercicio. De hecho, muchos maratonistas y otros atletas de resistencia toman AINE de forma preventiva para reducir el dolor y posiblemente mejorar el rendimiento. Sin embargo, estos mismos atletas corren un riesgo especial de sufrir lesiones renales. La deshidratación y el daño muscular son comunes entre los atletas de resistencia y también pueden contribuir a la lesión renal. Si se añaden los AINE a la mezcla, ¿podrían estos atletas correr un riesgo aún mayor de sufrir lesiones renales? ¿Deberían evitar el uso de AINE? Ese es el tema de un nuevo estudio publicado en la edición de julio de 2017 de Emergency Medicine Journal.
Los investigadores dividieron a 89 ultramaratonistas que participaban en una de varias carreras de siete días y 155 millas en dos grupos: un grupo tomó 400 mg de ibuprofeno (equivalente a dos Advil de venta libre) cada cuatro horas durante tres o cuatro dosis hacia el final de la carrera. El otro grupo tomó un placebo.
Lo que encontraron fue preocupante:
- Las lesiones renales fueron bastante comunes. Alrededor del 44% de estos ultramaratonistas experimentaron una reducción significativa de la función renal al final de la carrera.
- La lesión renal fue más común entre los que tomaron ibuprofeno. Un poco más de la mitad de los que tomaron AINE sufrieron una reducción de la función renal, mientras que alrededor de un tercio de los del grupo de placebo lo hicieron. A pesar de estos hallazgos, las diferencias en las tasas de lesión renal no fueron estadísticamente significativas.
- La gravedad de la lesión renal fue mayor en el grupo de ibuprofeno.
- Un final más rápido y una mayor pérdida de peso durante la carrera (probablemente debido a una mayor deshidratación) aumentaron la probabilidad de lesión renal.
¿Y qué?
La mayoría de nosotros nunca intentará correr 155 millas en una semana, por lo que los resultados de este estudio pueden no aplicarse a un adulto que haga ejercicio de forma más típica. Además, el estudio era bastante pequeño, lo que limita su capacidad para detectar diferencias significativas entre los dos grupos. Si se hubieran observado las mismas diferencias en las tasas de enfermedad renal en un estudio mucho más amplio, los resultados probablemente habrían sido estadísticamente significativos. Además, este estudio no examinó los efectos a largo plazo del ibuprofeno en la función renal. Es posible (o quizás probable) que con descanso, hidratación y tiempo, la función renal de los atletas con lesión renal en este estudio volviera a la normalidad sin efectos perjudiciales permanentes. Por último, dosis más altas o más bajas de ibuprofeno pueden haber producido resultados diferentes.
Aún así, este estudio plantea algunas preocupaciones serias sobre la conveniencia de tomar ibuprofeno durante el ejercicio, al menos entre los atletas de resistencia. Los autores de este estudio sugieren el acetaminofeno (como en Tylenol y otros productos) como alternativa, pero necesitaremos más investigación para saber si otras alternativas son realmente más seguras.
La conclusión
Si está tomando un AINE con regularidad, debería someterse a un control sanguíneo regular, incluyendo medidas de la función renal. Y si tiene una enfermedad renal importante, probablemente debería evitar por completo los AINE sin aspirina. Pregunte a su médico si es un buen candidato para el uso de AINE. Pueden ser muy útiles, y muchos de sus efectos secundarios pueden evitarse con las precauciones adecuadas.