¿Es real el TDAH?

¿Por qué la mayoría de la gente (incluidos los médicos) piensa que es una enfermedad real y no simplemente una cuestión de temperamento o el resultado de un trauma infantil, como sostiene el Dr. Berezin?

Aquí están algunas de las razones:

1. Los medicamentos estimulantes como Ritalin y Adderall funcionan. Mi hijo es una persona diferente después de empezar a tomar la medicación. Está más tranquilo y concentrado en casa y en la escuela.

2. La mayoría de los pediatras y psiquiatras infantiles dicen que el TDAH es una enfermedad real. Tenemos todas las razones para confiar en nuestros médicos que han tenido años de formación y experiencia.

3. Los estudios de investigación (incluso por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard) han demostrado que el TDAH es una enfermedad real causada por los genes. Por eso el TDAH tiende a ser hereditario.

4. Los escáneres cerebrales muestran que los cerebros de los niños con TDAH no son iguales a los de otros niños. El TDAH está causado por un defecto o desequilibrio químico en el cerebro.

5. El TDAH existe desde hace mucho tiempo. Dramaturgos como Moliere describieron a los niños con TDAH hace cientos de años.

Si miramos más de cerca cada una de estas creencias, encontramos que ni una sola de ellas está basada en la verdad. Estas creencias se basan en una campaña de relaciones públicas de 50 años de duración que ha «vendido» una enfermedad llamada TDAH a padres, profesores, médicos y al público en general.

1. Los medicamentos estimulantes funcionan.

Esta es la creencia que escucho con más frecuencia por parte de los padres en mi consulta. Se les ha dicho que si los estimulantes funcionan para su hijo, entonces el niño debe tener TDAH. Los estimulantes no ayudarán a un niño a concentrarse si el niño no tiene TDAH. La verdad es que los estimulantes funcionan para todos, tanto para los adultos como para los niños. La Benzedrina, un estimulante químicamente parecido al Adderall, se utilizó ampliamente en la Segunda Guerra Mundial para mantener a los pilotos de caza alerta y concentrados. Cuando los militares estadounidenses descubrieron que los pilotos de bombarderos alemanes usaban Benzedrina para mantener a sus pilotos alerta durante las guerras relámpago sobre Gran Bretaña, comenzaron a incluir la droga en los kits de los pilotos de bombarderos estadounidenses. Ciertamente, ¡no todos los pilotos de bombarderos de la Segunda Guerra Mundial tenían TDAH!

Un estudio de 1978, dirigido por un investigador del NIMH y publicado en la respetada revista Science descubrió que los fármacos estimulantes mejoraban la atención y la concentración en niños «normales» así como en niños diagnosticados con TDAH. Este estudio desafía la opinión de que si un niño tiene una reacción positiva a los estimulantes, el niño debe tener TDAH.

Además, el 35 por ciento de los estudiantes universitarios toman estimulantes para mejorar su concentración. Pocos de ellos han sido diagnosticados con TDAH.

2. Los médicos creen que el TDAH es real.

Durante más de cuatro décadas, las empresas farmacéuticas que fabrican medicamentos estimulantes han «vendido» a los médicos la idea de que el TDAH es real. Los departamentos de marketing de las empresas farmacéuticas escribieron artículos en revistas médicas respetadas. Las empresas farmacéuticas patrocinaron conferencias médicas y contrataron a ponentes para convencer a los médicos de que el TDAH era una enfermedad real que podía ser ayudada por sus productos. Los pediatras y los psiquiatras infantiles recibían cuantiosos pagos para convertirse en consultores de las empresas farmacéuticas. La campaña de relaciones públicas de las farmacéuticas tuvo más éxito del que podían soñar. Hoy en día, los estimulantes para niños son una industria multimillonaria.

3. Los estudios de investigación demuestran que el TDAH tiene causas genéticas.

Un importante estudio que promueve un factor genético en el TDAH fue dirigido por Nigel Williams y publicado en la prestigiosa revista Lancet en 2010. Los investigadores descubrieron que las deleciones y duplicaciones cromosómicas raras estaban asociadas al TDAH. Sin embargo, el estudio se limitó a mostrar que el 78% de los niños diagnosticados con TDAH no tenían la anomalía genética. Compárese esto con una enfermedad genética real como el síndrome de Down, donde el 100 por ciento de los niños diagnosticados tienen la anomalía genética. A día de hoy, no hay consenso entre los científicos de todo el mundo sobre la existencia de un biomarcador genético para el TDAH.

4. Los escáneres cerebrales muestran que los niños con TDAH tienen defectos cerebrales.

La mayor parte de la actividad en el cerebro es a nivel de neuronas, no en las regiones cerebrales más grandes que vemos con los escáneres actuales. Vastos conjuntos de neuronas individuales interactúan de forma compleja, pero los escáneres cerebrales no pueden mostrarnos cómo interactúan estas neuronas.

5. El TDAH existe desde hace mucho tiempo.

Los niños, especialmente los varones, con temperamento activo existen desde hace mucho tiempo. Aquí es donde la descripción del Dr. Berzerin del «niño activo, externalizador, narcisista y participativo» es particularmente útil. Este tipo de niño existe ahora y no hay razón para pensar que no haya existido antes. Los traumas infantiles, como el abuso o el maltrato, que pueden exacerbar estos rasgos de temperamento, también existen desde hace mucho tiempo y han sido observados por autores, dramaturgos y científicos. Los padres que no proporcionan un entorno tranquilo y estructurado a sus hijos existen desde hace mucho tiempo.

Al haber tratado a cientos de niños diagnosticados con TDAH a lo largo de los años, he descubierto que el estrés ambiental en un niño puede producir síntomas que se parecen a lo que comúnmente se cree que es el TDAH. El temperamento es, por supuesto, un factor también. Algunos niños son simplemente más activos, inquietos y desafiantes que otros.

Los niños que han sido maltratados, desatendidos, expuestos a la violencia doméstica o a las continuas discusiones de sus padres, a los que no se les han proporcionado los límites y las consecuencias adecuadas, y a una serie de otros factores de estrés ambiental, presentan comportamientos que se parecen a lo que se ha vendido al público como TDAH. La sobreexposición a las pantallas electrónicas -como la televisión, las tabletas, los dispositivos de juego y los teléfonos inteligentes- también puede estresar el cerebro del niño. La solución a los problemas de estos niños no es la medicación estimulante, sino eliminar la fuente de estrés.