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¿Crees que la enfermedad de las encías es algo que solo afecta a las personas de la edad de tus abuelos? ¡Reconsidéralo! Los adolescentes también pueden desarrollar una enfermedad de las encías, que puede ocasionar problemas, desde el mero hecho de pasar vergüenza (por el mal aliento) hasta cosas más importantes, como el dolor o la pérdida de dientes (¡que es tan embarazoso como grave!).
¿Qué es la enfermedad de las encías?
La enfermedad de las encías también se conoce como enfermedad periodontal (o periodontitis).
La enfermedad periodontal es una inflamación de los tejidos y de los huesos que sujetan los dientes. Una enfermedad de las encías no tratada puede ser muy grave, haciendo que los dientes se acaben aflojando y/o se caigan.
La enfermedad de las encías suele estar provocada por la acumulación de placa, una capa invisible y pegajosa de gérmenes, que se forma de forma natural sobre los dientes y las encías. La placa contiene bacterias, que fabrican toxinas que irritan y dañan las encías.
Hay cientos de tipos de bacterias en la boca; por lo tanto, mantener la placa a raya es una batalla constante. Este es el motivo de que cepillarse los dientes y pasarse el hilo dental todos los días, así como visitar al dentista con regularidad, sean tan importantes.
¿Quién corre mayores riesgos?
Hay algunos factores que pueden hacer que una persona sea más propensa a desarrollar una enfermedad de las encías. Algunas personas heredan esta tendencia de sus padres. Los tentempiés que ingieres también te pueden exponer a desarrollar una enfermedad de las encías, sobre todo si te gusta comer papas fritas y tomar refrescos al salir del colegio y no te puedes cepillar los dientes inmediatamente después. Probablemente ya sabes que el azúcar es malo para los dientes, pero tal vez no sepas que los alimentos ricos en almidón, como las papas fritas, también alimentan los ácidos que corroen tu esmalte dental.
Si llevas aparatos de ortodoncia, eliminar la placa te puede resultar aún más difícil. Además, algunas afecciones médicas (como la diabetes y el síndrome de Down) y ciertos medicamentos aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad de las encías.
Si te maltratas llevando una mala dieta, durmiendo poco y exponiéndote a demasiado estrés, serás más vulnerable a contraer infecciones en cualquier parte del cuerpo, incluyendo las encías.
Las chicas son más proclives a la enfermedad de las encías que los chicos. El incremento de las hormonas sexuales femeninas durante la pubertad puede hacer que las encías de las chicas sean más sensibles a la irritación. Algunas chicas pueden darse cuenta de que les sangran un poco las encías los días previos al período menstrual.
Cuando los problemas en las encías son graves, y precoces, el malo de la película es el tabaco. Fumar no solo genera mal aliento y dientes amarillentos y manchados, sino que es una de las causas principales de la enfermedad de las encías.
Según la Asociación de Odontólogos de Estados Unidos (ADA, por sus siglas en inglés), las personas que fuman y mascan tabaco tienen más probabilidades de tener placa y acumulación de sarro y de mostrar signos de una enfermedad de las encías avanzada. También tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de boca en el futuro.
Cómo evoluciona
La enfermedad de las encías avanza por etapas. Lo creas o no, más de la mitad de los adolescentes tienen alguna forma de enfermedad de las encías.
¿Te sangran las encías cuando te cepillas los dientes o cuando usas hilo dental? En caso afirmativo, lo más probable es que ya tengas la forma más leve de enfermedad de las encías, porque el sangrado de encías suele ser un signo de la gingivitis. Otros signos de alarma de la gingivitis incluyen las encías sensibles y dolorosas al tacto, enrojecidas y/o inflamadas.
Si la placa que cubre dientes y encías no se elimina a través de una buena higiene dental diaria, el tiempo hará que se forme una costra llamada cálculo dental o sarro. Cuando se forma el sarro, empieza a destruir el tejido de las encías, haciendo que sangren y que se separen de los dientes. Esto se conoce como periodontitis, una forma más avanzada de enfermedad de las encías.
En la periodontitis, las encías se debilitan, formándose bolsas alrededor de la base de los dientes. Las bacterias se acumulan en esas bolsas, provocando una mayor destrucción de las encías. A medida que la periodontitis avanza, lesiona el tejido más profundo de las encías y, a la larga, se acaba extiendo a áreas de la mandíbula que sostienen los dientes. Esto puede hacer que los dientes se aflojen y que se acaben cayendo. Aunque la periodontitis es muy poco frecuente en los adolescentes, puede ocurrir. Si no se trata, puede causar verdaderos problemas en la dentadura.
¿Qué debes hacer para evitar estos problemas? Consulta a tu dentista si notas cualquiera de los siguientes signos de enfermedad de las encías:
- sangrado de las encías que ocurre con regularidad al cepillarse los dientes o al usar hilo dental
- cambio de color de las encías (una encías sanas se deben ver rosadas y firmes, no rojas, hinchadas ni sensibles)
- cualquier signo de que las encías se separan de los dientes
- mal aliento que no remite
- dientes sueltos
Cómo se detecta y cómo se trata
La enfermedad de las encías puede ser difícil de detectar. Algunas veces puede no causar dolor o provocar muy poco dolor o irritación antes de ocasionar lesiones permanentes en los dientes. Por eso, las visitas regulares al dentista son una obligación. Mediante radiografías y una exploración detenida, un dentista o higienista dental te puede detectar el problema antes de que sepas que existe.
Cuanto antes se detecte la enfermedad de las encías, mejor. La adopción de unos mejores hábitos de cepillado de dientes y de uso de hilo dental suele poder revertir la gingivitis. A veces, los dentistas también recetan antibióticos o un enjuague bucal especial antibacteriano para resolver el problema.
Una vez una persona desarrolla una periodontitis, esta afección no es tan fácil de controlar. Suele haber una infección generalizada de las encías que se debe tratar. Esto puede requerir varios tratamientos especiales, llevados a cabo por un dentista o por un periodontista, un experto especializado en el tratamiento de la enfermedad de las encías.
Algunas de las formas en que los dentistas y los periodontistas tratan la periodontitis son las siguientes:
- Raspado o alisado radicular. Estas medidas de limpieza en profundidad implican raspar y eliminar la placa y el sarro de los dientes sobre y debajo de la línea de las encías.
- Antibióticos. Estos y otros medicamentos se suelen utilizar junto con el raspado y el alisado radicular para evitar que se extienda la infección y la inflamación por la boca. Los hay de diferentes formas que van desde enjuagues bucales medicinales hasta geles o fibras con antibiótico, que se colocan en las bolsas de las encías para matar a las bacterias lentamente y ayudar a que se curen las encías.
- Cirugía. Los casos más avanzados de periodontitis pueden requerir que un dentista abra y limpie las bolsas de las encías afectadas y luego suture las encías para que se fijen bien a los dientes.
- Injerto gingival. Si el tejido de las encías está demasiado dañado para suturarlo, el dentista extrae tejido de una encía sana de otra parte de la boca y lo cose sobre la encía afectada. El injerto sustituye el tejido enfermo y ayuda a anclar y a sujetar los dientes, confiriéndoles un mejor aspecto.
Mientras una persona se somete a un tratamiento para la periodontitis, es de gran importancia que se cuide bien los dientes y las encías para tener una mejora duradera. Esto incluye cepillarse bien los dientes y usar hilo dental todos los días, así como dejar hábitos que son perjudiciales para la boca, como fumar o comer tentempiés azucarados entre comidas.
Consejos preventivos
Por suerte, hay buenas noticias: la enfermedad de las encías se suele poder prevenir. Basta con que te cuides los dientes a partir de ahora. ¡No esperes más!
- Cepíllate los dientes dos veces al día durante por lo menos 3 minutos seguidos (aproximadamente la duración de tu canción favorita) y usa hilo dental cada día. Si no estás seguro de si te estás cepillando los dientes o usando hilo dental adecuadamente, tu dentista o tu higienista dental te puede enseñar las mejores técnicas.
- Cepíllate siempre los dientes con una pasta dental que contenga flúor; algunos dentistas también recomiendan enjuagues bucales diarios que contengan flúor.
- Utiliza un cepillo de dientes de cerdas suaves y finas, porque es menos probable que irrite o dañe el tejido de las encías. Asegúrate de cambiar de cepillo de dientes por lo menos cada 3 o 4 meses; un cepillo dental desgastado puede dañar las encías. (Algunas marcas de cepillo de dientes contienen indicadores de color en las cerdas para recordarte que lo sustituyas en cuanto el cepillo se desgaste).
- Lleva una dieta saludable. Evita los tentempiés y la comida basura atiborrados de azúcar, algo que le encanta a las bacterias que crean la placa.
- ¡No fumes! Fumar cigarrillos y mascar tabaco pueden causar irritación en la boca y son muy poco saludables para las encías y los dientes.
- El cuidado regular de los dientes es muy importante para ayudarte a mantener una boca sana. Visita a tu dentista para hacerte una revisión ordinaria, sobre todo, para que te limpie la boca, por lo menos dos veces al año. Tu dentista puede eliminar la placa endurecida y cualquier sarro que no hayas podido eliminar con el cepillo de dientes ni con el hilo dental.