Aunque no sean ciertos los rumores de que Lewis Carroll escribió Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas durante un viaje alucinógeno, el libro sigue siendo un fascinante estudio de la realidad a la vez que un excelente ejemplo del género de la fantasía sin sentido.
Sólo porque algo sea un disparate no significa que no se pueda aprender de él, y no hace falta ser licenciado en literatura para darse cuenta de que la novela está plagada de simbolismo. Aunque tanto el libro como la adaptación cinematográfica de Disney son chiflados a nivel superficial, cualquiera que preste la suficiente atención se dará cuenta del simbolismo rampante en ambos: la adultez.
Alice in Wonderland, ilustración de Gertrude A. Kay, 1923
El personaje principal, Alicia, es una niña de edad indefinida (aunque en la secuela afirma que tiene siete años y medio, por lo que podemos suponer que tiene al menos siete años) a la que le esperan años de cambios físicos y mentales.
Las Aventuras en el País de las Maravillas comienzan con la joven Alicia sentada en un jardín. Idílico y hermoso, este espacio verde establece un paralelismo con el Jardín del Edén. Sin embargo, en lugar de coger una manzana prohibida, Alicia cede al deseo y se arrastra hasta el árbol.
Alicia en el País de las Maravillas, ilustración de John Tenniel, 1865
Esta retirada de la realidad refleja el deseo de Alicia de seguir siendo una niña, en lugar de enfrentarse a las arenas del tiempo que avanzan. Sin embargo, esto no es Peter Pan, y su viaje de autoexploración tiene temas aterradores de envejecimiento y sexualidad a medida que se desliza más hacia la pubertad y la adolescencia.
Una vez dentro del País de las Maravillas, su aventura está llena de complicaciones y ya no conoce una vida inocente o pacífica. A través de varios sucesos extraños, el cuerpo de Alicia crece de forma desproporcionada, muchas veces sin una buena razón, y ella es incapaz de entender por qué. Aunque siete años es un poco joven para sufrir cambios tan drásticos, se trata sin duda de una alusión a la pubertad.
Alice intentando jugar al croquet con un flamenco
Durante sus aventuras, a Alicia se le pide repetidamente que demuestre lo que sabe y a menudo recita las lecciones que ha aprendido a otras personas que encuentra por el camino. Durante la época victoriana, el lenguaje experimental estaba de moda y Carroll lo utilizó ampliamente.
Aquí hay algunas divertidas vulgaridades victorianas que la gente debería conocer:
Sin embargo, varios personajes la contradicen y Alicia se encuentra cuestionando su propia mente. Estas interacciones son, sin duda, comparables a las de cualquier niño que haya luchado alguna vez por conseguir la credibilidad, por no hablar de un oído comprensivo, de un adulto.
La ilustración de Alicia rodeada de los personajes del País de las Maravillas, realizada por Jessie Willcox Smith, 1923
Su conocimiento de la oruga da lugar a un curioso acontecimiento en el que Alicia necesita enfrentarse a un misterioso hongo para mantener su tamaño siempre cambiante.
Esto puede interpretarse de dos maneras: ¿representa el hongo la tentación en forma de consumo de drogas, ya que algunos dicen que los adolescentes ven las actividades ilícitas como la única manera de controlar sus propias vidas en un entorno controlado por los padres? ¿O se trata de un símbolo fálico que representa la tentación y el penúltimo obstáculo hacia la feminidad?
Placa en color de la edición de 1907 de «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas»: Capítulo 7 – Una loca fiesta del té
El mito de la asociación LSD-Carroll es fácilmente desmontable dado que la droga no fue anunciada oficialmente hasta los años 30, pero es innegable que el hongo mágico tiene efectos triposos.
También sería exagerado insinuar una relación impropia con la oruga, ya que ésta se va antes de que Alicia pruebe el hongo. En un análisis menos arriesgado, la seta podría representar simplemente a la joven aprendiendo a tomar decisiones, a resolver problemas para llegar a una solución (en el caso de Alicia, mantener su tamaño normal).
El charco de lágrimas de Milo Winter
Alejándose de los temas más subidos de tono, la confusión es un elemento central a lo largo de la historia y un factor muy prevalente en el crecimiento. Nada de lo que hace o ve Alicia parece tener sentido.
Hay enigmas por todas partes, ya sea en la carrera del Caucus, en los acertijos planteados por el Sombrerero Loco o en la partida de croquet en la que Alicia se enfrenta a la Reina de Corazones. Ninguno de estos sucesos tiene un resultado definitivo, y Alicia no parece entender cómo o por qué ocurre ninguno de ellos. Cualquiera que haya llegado ya a la edad adulta podría dar fe de que la confusión es un sentimiento bastante habitual.
El conejo blanco
Aunque pueda parecer un viaje fantástico para una niña, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas lleva un mensaje subyacente que abarca la inevitable pérdida de la infancia.
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La pintoresca imaginería de la adaptación de Disney puede encubrir esta depresiva constatación, pero este análisis quedará claro para quien lea el texto original.