La piel es el órgano más grande y de más rápido crecimiento del cuerpo y, por ello, es seguro decir que lo que la gente pone en su cuerpo, así como en su interior, afecta a su piel. Una piel sana es esencial por muchas razones, y para conseguirla hay que tener en cuenta ciertos factores. La buena salud de la piel depende de factores externos como la exposición al sol, los cambios de temperatura, las cuestiones medioambientales y, por supuesto, el uso de productos (jabón, cosméticos, etc.). Todos estos elementos pueden provocar irritación de la piel, sequedad, baja elasticidad, mala textura, etc. En la salud de la piel también influyen factores internos como la dieta, el estilo de vida, el estrés, las hormonas y la genética.
Para mantener una piel sana, el cuerpo necesita un equilibrio, concretamente entre su contenido de agua y la cantidad de agua que pasa por la piel. Este equilibrio influye en la elasticidad y la superficie de la piel, lo que da lugar a la suavidad o la aspereza de las capas externas de la piel.
Es esencial nutrir, alimentar y cuidar nuestra piel a diario, y además de la plétora de productos tópicos para el cuidado de la piel que abarrotan las estanterías de las tiendas de todo el mundo, los suplementos dietéticos se están introduciendo en los regímenes de belleza de forma más habitual.
Los nutricosméticos están en alza
La industria de los nutricosméticos está en alza y, según un informe de Global Industry Analysts Inc. (GIA), este mercado está impulsado por los consumidores que buscan prevenir el envejecimiento prematuro de la piel con opciones de belleza naturales y seguras.
Según Euromonitor International, las ventas mundiales de nutricosméticos alcanzaron los 3.300 millones de dólares en 2015, con Asia Pacífico y Europa a la cabeza actualmente. Muchos expertos, sin embargo, proyectan que el mercado estadounidense será el que más crezca en un futuro próximo.
Se cree que ciertos suplementos y nutrientes ayudan a los consumidores a envejecer con más gracia, con beneficios probados relacionados con la salud de la piel. Muchos expertos coinciden en que las vitaminas (A, B, C y E), los minerales (cromo, cobre y zinc), las hierbas/botánicos, los ácidos grasos y los antioxidantes son ingredientes clave para conseguir una gran salud de la piel.
Krill para la salud de la piel
El krill es una fuente cada vez más popular y sostenible de fosfolípidos omega-3. El aceite de krill es rico en los omega-3 de cadena larga, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), y más del 80% de estos dos ácidos grasos están unidos a fosfolípidos, predominantemente fosfatidilcolina. Ciertos estudios han llegado a la conclusión de que los omega-3 unidos a fosfolípidos ofrecen más ventajas que otras opciones, ya que se acumulan mejor en la sangre y los tejidos del organismo, tal y como demuestra la medición del índice de omega-3.
Conocido sobre todo por sus beneficios para el corazón, el cerebro y las articulaciones, el aceite de krill también es bueno para la piel. Las investigaciones han demostrado que los fosfolípidos omega-3 del krill pueden beneficiar la salud de la piel (Biosci Biotechnol Biochem, 2008.72(8):2151-7). De hecho, se ha demostrado que la ingesta tanto de fosfolípidos como de ácidos grasos omega-3 influye en la composición lipídica de la piel, modificando favorablemente el equilibrio entre la pérdida de agua y el contenido de agua en la piel (Vet Res Commun, 2011.35(8):501-9).
Una investigación reciente no publicada evaluó los efectos positivos del aceite de krill (como Superba™ Krill oil de Aker Biomarine) en varios parámetros de la piel, como la elasticidad, la hidratación, la pérdida de agua, el eritema y la topografía de la piel.
Becky Wright ([email protected]) es la directora de marketing de Aker BioMarine en el mercado estadounidense. Se encarga de todas las necesidades de marketing y comunicación de la empresa.