No es raro ver a alguien con agua embotellada en la mano mientras está en el campus. Existen diversas opiniones sobre el uso del agua embotellada, y hay una gran cantidad de información contradictoria disponible que puede confundir a los consumidores.
El uso del agua embotellada ha aumentado en las últimas décadas. Algunos de los factores que contribuyen a este aumento son la información de los medios de comunicación, la percepción sensorial, la percepción del riesgo y las razones socioculturales, psicológicas y económicas.1 Existe la percepción común de que el agua embotellada es más saludable, más cómoda y más sabrosa que el agua del grifo.2 Este artículo destaca los impactos del consumo de agua embotellada, utilizando el marco de la sostenibilidad.
De los tres pilares de la sostenibilidad, los impactos económicos del agua embotellada son quizás los más evidentes para el consumidor. El agua del grifo cuesta aproximadamente 3 dólares por 1000 litros, en comparación con el agua embotellada, que cuesta aproximadamente 3 dólares por litro. Lamentablemente, los costes van más allá de las preocupaciones económicas y tienen efectos sociales y medioambientales perjudiciales.
Existen cada vez más pruebas que sugieren que el agua embotellada puede tener efectos perjudiciales para la salud humana. Un estudio reveló que muchas marcas de agua embotellada presentaban deficiencias de minerales esenciales como el magnesio, el potasio y el calcio.3 Otro estudio reveló que el 20% de las muestras de agua embotellada tenían concentraciones de cloro, fluoruro, nitrato y otros compuestos nocivos que superaban las directrices de la Organización Mundial de la Salud.4 Otros estudios revelaron que la calidad bacteriológica del agua del grifo era mayor que la del agua mineral embotellada.5 Existen otros problemas de salud relacionados con el agua embotellada debido a las sustancias químicas nocivas que se desprenden de la botella, como el bisfenol A (BPA).
El BPA se ha relacionado con el cáncer de mama, entre otros problemas de salud.6 En Australia, las directrices sobre el agua embotellada son de un nivel inferior al de las Directrices Australianas sobre el Agua Potable. Los productos químicos utilizados en la producción y el consumo de agua embotellada también tienen efectos medioambientales posteriores.
Los efectos medioambientales del uso de agua embotellada son amplios. Aunque la mayoría de las botellas pueden reutilizarse o reciclarse, la mayor parte de las botellas de plástico que se producen en la actualidad se fabrican con tereftalato de polietileno (PET) virgen.7 El plástico se compone de combustibles fósiles no renovables, que son un recurso finito, y el uso de este producto fomenta la minería, que tiene impactos ambientales asociados.8
Hay un gran consumo de energía en la captación del agua, el transporte del agua y también en el tratamiento del agua en la planta embotelladora. El consumo de energía adicional se produce en la producción de la botella y en la limpieza, el llenado, el sellado, el etiquetado y la refrigeración de las botellas. Por último, se requiere energía para transportar la botella a los minoristas y luego al consumidor.9 La energía total requerida en la producción de agua embotellada es de 5,6-10,2 MJ por litro, en comparación con el agua del grifo, que suele requerir 0,005 MJ por litro en el tratamiento y la distribución.10
La energía y los combustibles fósiles no son los únicos recursos que se utilizan en la producción de agua embotellada. La producción de agua embotellada consume agua adicional para el proceso de fabricación. Se necesitan más de 6 litros para producir y enfriar 1,5 litros de agua embotellada.11 Además, el agua de manantial para el agua embotellada en Australia se obtiene de acuíferos subterráneos. Esto puede repercutir en los agricultores y puede hacer descender el nivel freático, lo que podría tener considerables ramificaciones sociales y medioambientales.
Un problema constante del uso del agua embotellada es el reciclaje inadecuado e ineficaz de las botellas de agua. Las botellas de plástico fueron uno de los diez artículos más comunes recogidos en el Día de la Limpieza de Australia. Una vez que estas botellas están en el medio ambiente, pueden tardar hasta 450 años en biodegradarse. Existe la creencia generalizada de que el impacto medioambiental de la producción y el consumo de agua embotellada se mitiga mediante prácticas de reciclaje.12 Sin embargo, cuando el reciclaje se lleva a cabo de forma adecuada, sólo se ahorra 1/3 de la energía en la fase de producción. Además, la calidad del plástico se degrada cada vez que se recicla, lo que limita la cantidad de veces que se puede reciclar. Por lo tanto, reducir su consumo de agua embotellada utilizando su propia botella duradera es la opción preferida para usted, su bolsillo y el medio ambiente.
1 McLeod, L, Bharadway, L y Waldner, C 2014, ‘Risk Factors Associated with the Choice to Drink Bottled Water and Tap Water in Rural Saskatchewan.
2 Saylor, A, Prokopy, LS y Amberg, S 2011, ‘What’s Wrong with the Tap? Examining Perceptions of Tap Water and Bottled Water at Purdue University’, Environmental Management, vol. 48, pp. 588-601.
3 Mahajan, RK, Walia, TPS, Lark, BS y Sumanjit 2006, ‘Analysis of physical and chemical parameters of bottled drinking water’, International Journal of Environmental Health Research, vol. 16, iss. 2, pp. 89-98.
4 Cidu, R, Frau, F y Tore, P 2011, ‘Drinking water quality: Comparación de los componentes inorgánicos en el agua embotellada y el agua del grifo italiana’, Journal of Food Composition and Analysis, vol. 24, pp. 184-93.
5 da Silva, MEZ, Santana, RG, Guilhermetti, M, Filho, IC, Endo, EH, Ueda-Nakamura, T, Nakamura, CV y Filho, BPD 2008, ‘Comparison of the bacteriological quality of tap water and bottled mineral water’, International Journal of Hygiene and Environmental Health, vol. 211, pp. 504-9.
6 Yang, M, Ryu, JH, Jeon, R, Kang, D y Yoo, KY 2009, ‘Effects of bisphenol A on breast cancer and its risk factors’, Archives of Toxicology, vol. 83, pp. 281-5.
7 Gleick, PH y Cooley, HS 2009, ‘Energy Implications of Bottled Water’, Environmental Research Letters, vol. 4.
8 Hawkins, G 2011, ‘Packaging water: plastic bottles as market and public devices’, Economy and Society, vol. 40, no. 4, pp. 534-52.
9 Yang et al. 2009
10 Yang et al. 2009
11 Niccolucci, V, Botto, S, Rugani, B, Nicolardi, V, Bastianoni, S y Gaggi, C 2011, ‘El consumo real de agua detrás del agua potable: The case of Italy’, Journal of Environmental Management, vol. 92, pp. 2611-18.
12 Saylor et al. 2011