El elemento «línea» es considerado por la mayoría como el más básico del arte. Tiene un número casi infinito de usos cuando se trata de la creación de obras de arte. Uno de los usos más comunes de la línea es mostrar al espectador dónde termina un objeto o partes de un objeto.
Este tipo de líneas se denominan líneas de contorno, pero lo más habitual es que se llamen «contornos». La línea también puede transmitir movimiento, ya sea mediante la repetición o mostrando las líneas que se desprenden de la superficie de un objeto en movimiento. La línea también puede crear la ilusión de forma mediante el sombreado o el sombreado cruzado.
Podría seguir hablando de los diversos usos de la línea. Quiero hablar de uno de los usos más olvidados de la línea. La capacidad expresiva de la línea La línea es quizás uno de los elementos más expresivos del arte. El color, por supuesto, también es importante.
Podemos demostrar la capacidad de la línea para comunicar expresión con un simple juego. Si eres profesor, esta es una gran manera de hacer un punto sobre las cualidades expresivas de la línea. (No mires adelante a los dibujos de la parte inferior de la página.)
Así es como funciona el juego. Comienza con una «línea feliz». Dibuja una línea en tu papel que creas que puede ser feliz. No una cara feliz, sino una «línea feliz». Ahora deja ese papel a un lado.
A continuación, dibuja una «línea de enfado». Imagina que la línea que estás dibujando está realmente enfadada por algo. ¿Qué aspecto tendría? Ahora aparta ese dibujo.
La última línea que debes dibujar es una «línea confusa». ¿Qué aspecto tendría la línea si estuviera confundida?