Las personas con alergia al gluten suelen padecer problemas gastrointestinales, mala absorción de vitaminas y minerales y problemas para controlar su peso. Aunque las alergias al gluten se asocian más comúnmente con la pérdida de peso, especialmente en los niños, algunas personas ganan peso como resultado de estas alergias. La enfermedad celíaca es una de las formas más comunes de alergia al gluten. Las investigaciones actuales muestran cómo la obesidad y el aumento de peso pueden ser un síntoma de una alergia al gluten, y también pueden ser la respuesta del cuerpo a un cambio repentino a una dieta sin gluten.
Mientras que muchas personas y médicos achacan el aumento de peso inexplicable y los problemas digestivos a los malos hábitos alimenticios, pocos se dan cuenta de que las personas que luchan por controlar y perder el peso excesivo pueden tener en realidad una alergia al gluten. Algunos expertos explican este aumento de peso como si el cuerpo entrara en modo de supervivencia. Las personas alérgicas al gluten, y especialmente los celíacos, tienen problemas para procesar y absorber los alimentos, las vitaminas y los minerales. Para hacer frente a esta desnutrición, el cuerpo almacena grasa para utilizarla más tarde.
Publicidad
Además, la enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune que se sabe que afecta a la glándula tiroides. La tiroides utiliza el yodo para fabricar y segregar hormonas que controlan el ritmo metabólico del organismo. Las personas que padecen la enfermedad celíaca tienen dificultades para absorber minerales como el yodo, dañando o comprometiendo la glándula tiroidea. Cuando esto ocurre, la tiroides produce 5-monodeiodinasa, que es una sustancia química que hace que el cuerpo conserve y almacene combustible.
Las investigaciones han demostrado que el cambio a una dieta sin gluten también puede provocar un aumento (o pérdida) de peso. Una explicación es que, a medida que los intestinos se curan, el cuerpo comienza a absorber más nutrientes y calorías. Asimismo, los sustitutos sin gluten también pueden tener más calorías por ración. Por último, las personas alérgicas al gluten suelen tener antojos, lo que les lleva a comer más. En estos casos, es posible que estas personas necesiten reducir sus raciones sin gluten ahora que estos antojos han disminuido y sus cuerpos se están curando.
Publicidad