El análisis del coche de Top Gear: Lotus Elise

Descripción

¿Qué es?

Ha pasado un cuarto de siglo desde que Lotus presentó por primera vez el Elise, y es justo decir que es el coche que ha definido a Lotus desde que llegó en 1996. El caso es que el Exige, el coche más extremo de Hethel (y posiblemente el mejor), creció a partir de los orígenes del Elise, añadiendo potencia V6, aerodinámica y locura general por el camino.

El Elise sigue definiendo el Lotus moderno siguiendo los mismos preceptos que han hecho de Lotus una fuerza, tanto en la carretera como en la pista, desde que los hombres llevaban gorras planas y David Hockney era llamado «soltero empedernido». Es el tan famoso (y a menudo maltratado) mantra: simplificar, y luego añadir ligereza.

Incluso en los últimos 25 años, cuando la mayoría de los coches se han vuelto tan complicados como la teoría de las cuerdas y tan hinchados como Gérard Depardieu, el Elise sigue siendo decididamente sencillo y esbelto. Que un coche de carretera salga a la venta en 2019 con un peso en orden de marcha cómodamente por debajo de la tonelada es algo que hay que celebrar. Que el mismo coche ofrezca sólo lo esencial para la conducción, sin el control por gestos, el «whatsit» activo, la fruslería de la pantalla táctil que ha impregnado el resto del mercado, es sin duda digno de inventar un nuevo premio. Veamos… si la música tiene los Grammys, ¿qué tal los Autommys? ¿No? Bien, inventa tú algo mejor.

Hay una tentación de mirar el chasis de aluminio del Elise, la disposición de dos asientos y la configuración del motor central trasero e imaginar que no ha cambiado mucho en las décadas desde el lanzamiento del S1. Pero eso es como decir que no ha cambiado mucho entre el primer y el último Jaguar XJ. El nuevo Elise realiza una interesante perversión de la analogía de la Nave de Teseo al sustituirlo todo y presentar algo que es fiel al espíritu del original, pero que se adapta con el paso de los años a las exigencias y deseos modernos.

Y, como las listas son tan divertidas, hagamos un alegre recorrido por algunas piezas que han sido totalmente sustituidas desde el primer Elise. El motor original de la serie K de Rover, que es tan viejo como los Stone Roses, fue reemplazado por un motor Toyota, que luego fue reemplazado por un motor Toyota más nuevo y mejor. Que a su vez fue sobrealimentado, porque eso hace que casi todo sea mejor.

El chasis y la carrocería del Elise también han cambiado a lo largo de los años, al igual que las estructuras de choque, los frenos, la caja de cambios, la suspensión, los neumáticos… mira, nos damos cuenta de que si bien es técnicamente imposible quedarse sin internet enumerando todos los cambios al por mayor y los pequeños retoques que han adornado el Elise a lo largo de los años, es totalmente posible quedarse sin ganas de vivir mientras se lee dicha lista. Así que pasemos a lo mejor de cualquier Lotus: la conducción.

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