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Autor: Deepak Chopra, M.D.
No es fácil enfrentarse a las emociones dolorosas de frente. Pero es una clave para la buena salud y el bienestar físico, mental y espiritual. Si no afrontamos el dolor cuando se produce, resurgirá como una toxicidad emocional agravada más adelante, manifestándose en forma de insomnio, hostilidad e ira, o miedo y ansiedad.
Como complicación adicional, si no sabes cómo afrontar los sentimientos de ira y miedo, es probable que los vuelvas hacia ti mismo, creyendo que «todo es culpa mía». Esa culpa agota nuestra energía física, emocional y espiritual hasta que cualquier iniciativa o movimiento parece imposible. Nos sentimos agotados y paralizados, lo que nos lleva a la depresión.
Puedes aprender a reconocer las emociones dolorosas de inmediato y a «metabolizar» y eliminar el dolor de forma eficaz.
Superar las emociones difíciles, como el miedo, la ira, la culpa y la ansiedad, puede reportar los mismos beneficios encubiertos que el tratamiento de una enfermedad física. Los pacientes que sufren una enfermedad potencialmente mortal a menudo informan de que sus enfermedades les han enseñado a amar y valorar a las demás personas de su vida más profundamente que antes de enfermar. Durante la recuperación aprenden a apreciar y comprender aspectos de la vida que antes daban por sentados. Aunque la ira, el miedo y la preocupación no son enfermedades, podemos crecer a partir de ellas incluso mientras las procesamos para convertirnos en la persona que queremos ser.
Al recurrir a nuestra inteligencia, armonía y creatividad inherentes, podemos crear un resultado positivo; pero si estamos emocionalmente turbulentos, estamos demasiado agitados para acceder a esa posibilidad.
Por qué la meditación forma parte de este ejercicio
A través de la meditación podemos experimentar nuestro yo silencioso más allá de nuestros pensamientos y emociones. Este es nuestro punto de referencia interno para el equilibrio. Desde aquí podemos crear un resultado deseado. Para restaurar el equilibrio en nuestra vida, la meditación debe ser un ingrediente esencial.
También es importante apoyar esto con una actividad equilibrada en las áreas básicas de la dieta, el ejercicio y el sueño. Aunque algunos de estos ejercicios de meditación no requieren ninguno, le recomendamos nuestros sencillos y eficaces accesorios de meditación para principiantes.
Asumiendo que estos componentes fundamentales de equilibrio están en su sitio, le ofrezco un ejercicio adicional para abordar específicamente qué hacer ante la ansiedad y el miedo intensos.
Aprenda a metabolizar el dolor con este ejercicio de siete pasos
Las emociones tóxicas y turbulentas tienen una causa: no saber cómo afrontar el dolor. El dolor es normal en la vida, pero el sufrimiento no lo es. Cuando no sabemos manejar el dolor, sufrimos.
Identifica y localiza la emoción físicamente
Reserva unos minutos en los que no te molesten. Elige cualquier lugar tranquilo donde te sientas calmado. Se recomienda tomar un asiento que sea robusto, pero cómodo. Lo mejor es sentarse con la espalda recta. El suelo no es una mala idea, pero puede resultar incómodo rápidamente. Nuestras opciones de asientos de meditación son una alternativa sólida y accesible para quienes buscan una meditación profunda con comodidad tanto física como emocional. Siéntese en una posición relajada y cierre los ojos. Durante unos minutos, medite en silencio. Concéntrese en su respiración o, si lo prefiere, puede utilizar un mantra.
Ahora, con los ojos aún cerrados, recuerde alguna circunstancia del pasado reciente que le haya molestado. Puede ser un momento en el que se sintió maltratado, una discusión con su pareja, o quizás una injusticia pasada en el trabajo. Identifique algún caso en el que se sintió emocionalmente molesto.
Durante los siguientes 30 segundos, piense con detalle en ese incidente. Trate de imaginarse lo que realmente sucedió de la manera más vívida posible, como si estuviera informando para un periódico. En este caso, usted es el observador que ve este evento. No eres el acontecimiento, la discusión o el malestar emocional; simplemente eres testigo de lo que ocurre desde la perspectiva de tu ser silencioso. Llevas el efecto de la meditación que acabas de hacer, lo que te permite mantener un punto de vista que no se ve ensombrecido por la intensidad de las emociones.
Ahora identifica exactamente lo que estás sintiendo. Ponga alguna palabra en el incidente que describa lo que está experimentando. Sea tan preciso como pueda. ¿Se siente poco apreciado? ¿Insultado? ¿Tratado injustamente? Dale un nombre al sentimiento. Piensa en una palabra que represente la experiencia dolorosa. Centra tu atención en esa palabra.
Testifica la experiencia
Deja que tu atención se aleje de la palabra. Deja que tu atención se desplace hacia tu cuerpo. Toma conciencia de las sensaciones físicas que surgen en tu cuerpo como resultado de la emoción que has identificado.
Estos dos elementos -una idea en la mente y una sensación física en el cuerpo- son lo que verdaderamente es una emoción, y realmente no pueden separarse. Por eso lo llamamos sentimiento, porque sentimos las emociones en nuestro cuerpo.
Deja que tu atención pase por tu cuerpo mientras recuerdas esta experiencia. Localiza las sensaciones que te trae el recuerdo. Para muchos es una presión en el pecho o una sensación de opresión en las tripas. Algunos lo sienten como una presión en la garganta. Encuentra en qué parte de tu cuerpo estás sintiendo y reteniendo la experiencia emocional.
Expresa la emoción
Ahora expresa esa sensación. Coloca tu mano en la parte de tu cuerpo donde sientas que se encuentra el sentimiento. Dígalo en voz alta: «Me duele aquí». Si eres consciente de más de un lugar para el dolor, mueve la mano de un lugar a otro. En cada lugar, haz una pausa y expresa lo que sientes. Diga: «Me duele aquí».
Cuando experimenta un malestar físico, significa que algo está desequilibrado en su experiencia: física, mental o espiritualmente. Tu cuerpo lo sabe – cada célula de tu cuerpo lo sabe. Acoge estas sensaciones y su sabiduría, porque el dolor en realidad te está llevando a la plenitud.
Escribir tus sentimientos en un papel también es una forma valiosa de expresar la emoción. Esto es especialmente eficaz cuando puedes escribir tu experiencia dolorosa en primera persona, en segunda persona y, finalmente, desde la perspectiva de un relato en tercera persona.
Asume la responsabilidad
Sé consciente de que cualquier sentimiento doloroso que experimentes son tus sentimientos. Estos sentimientos están ocurriendo dentro de tu cuerpo ahora mientras recuerdas el dolor, aunque en realidad no esté ocurriendo nada en el mundo material. Sólo estás recordando lo que pasó, pero tu cuerpo está reaccionando con contracciones musculares, secreciones hormonales y otras respuestas dentro de ti. Incluso cuando el incidente doloroso estaba ocurriendo en el mundo material, el efecto estaba completamente dentro de ti. Puedes elegir cómo interpretar y responder a las turbulencias emocionales. Reconocer esto es asumir la responsabilidad de tus sentimientos.
Esto no significa que te sientas culpable. Por el contrario, significa que reconoces tu capacidad para responder a las situaciones dolorosas de formas nuevas y creativas. Al asumir la responsabilidad de tus sentimientos, también puedes obtener el poder de hacer que el dolor se desvanezca. Ya no culpas a nadie más por haber causado el dolor, así que ya no tienes que depender de nadie más para hacerlo desaparecer. Mantén esa comprensión en tu conciencia durante los próximos momentos.
Libera la emoción
Pon tu atención en la parte de tu cuerpo donde estás reteniendo el dolor, y con cada exhalación de tu respiración, ten la intención de liberar esa tensión. Durante los siguientes 30 segundos, siente cómo la sensación de dolor abandona tu cuerpo con cada respiración. Algunas personas descubren que emitir un tono audible que resuene en la parte del cuerpo donde se localiza el dolor ayuda a aflojar y alejar la contracción.
También puedes experimentar para descubrir qué es lo que mejor te funciona. A algunas personas les funciona cantar o bailar. Puede probar a respirar profundamente, utilizar aceites esenciales o tomar un largo baño caliente. Por último, si has escrito tus emociones en un papel, puede ser útil quemar ritualmente el papel y ofrecer las cenizas a los vientos.
Comparte el resultado
Compartir el resultado de liberar tu dolor es importante porque activa el nuevo patrón de comportamiento después de liberar el antiguo patrón doloroso. Imagina que puedes hablar con la persona que estuvo involucrada en ese incidente doloroso original. ¿Qué le dirías a esa persona ahora?
Ten en cuenta que él/ella no era la verdadera causa de tu dolor. La verdadera causa fue tu respuesta. En tu estado de transformación, ahora eres libre. Así que puedes compartir lo ocurrido sin culpar, manipular o buscar aprobación. Tal vez su intención era causarte dolor, y tú puedes haber colaborado involuntariamente en esa intención. Tal vez quieras decir que ya no tienes intención de caer en esas trampas.
Lo que digas depende totalmente de ti. Mientras tengas conciencia de los pasos que hemos dado hasta ahora en este ejercicio, lo que digas será correcto para ti.
Celebra el proceso
Ahora puedes celebrar la experiencia dolorosa que había tenido lugar como el valioso material que te ayudó a pasar a un nivel superior de conciencia. Lo que antes era una parte desconectada, destructiva e incapacitada de tu psique, ahora está integrada y contribuye con su poder hacia tu mayor objetivo espiritual. En lugar de responder a la situación con un reflejo de dolor, perpetuando el problema, lo has convertido en una oportunidad de transformación espiritual. ¡Eso es algo que hay que celebrar! Sal a una buena cena o cómprate unas flores o un regalo para honrar tu nuevo yo.
Usa este ejercicio siempre que te sientas molesto, para liberarte de las turbulencias emocionales y del dolor subyacente. Cuando lo hagas, descubrirás que las oportunidades surgirán más a menudo en todos los ámbitos de tu vida.