¿Qué es la economía normativa?
La economía normativa es una perspectiva de la economía que refleja juicios normativos o ideológicamente prescriptivos hacia el desarrollo económico, los proyectos de inversión, las declaraciones y los escenarios.
A diferencia de la economía positiva, que se basa en el análisis de datos objetivos, la economía normativa se ocupa en gran medida de los juicios de valor y las declaraciones de «lo que debería ser» en lugar de los hechos basados en declaraciones de causa y efecto. Expresa juicios ideológicos sobre lo que puede resultar en la actividad económica si se realizan cambios en las políticas públicas. Las afirmaciones económicas normativas no pueden ser verificadas ni probadas.
Consignas clave
- La economía normativa pretende determinar lo que debería ocurrir o lo que debería ser.
- Mientras que la economía positiva describe programas, situaciones y condiciones económicas tal y como existen, la economía normativa pretende prescribir soluciones.
- La economía normativa expresa juicios ideológicos sobre lo que puede resultar en la actividad económica si se realizan cambios en las políticas públicas.
- La economía del comportamiento tiende a ser un proyecto normativo.
- La economía normativa no puede ser verificada ni probada.
Economía positiva y normativa
Entendiendo la economía normativa
La economía normativa tiene como objetivo determinar la deseabilidad o la falta de ella de las personas ante diversos programas, situaciones y condiciones económicas preguntando lo que debería ocurrir o lo que debería ser. Por lo tanto, las afirmaciones normativas suelen presentar un análisis basado en la opinión en términos de lo que se considera deseable. Por ejemplo, afirmar que el gobierno debería esforzarse por lograr un crecimiento económico del x% o una inflación del y% podría considerarse normativo.
La economía del comportamiento también ha sido acusada de ser normativa en el sentido de que la psicología cognitiva se utiliza para dirigir («empujar») a las personas para que tomen decisiones deseables mediante la ingeniería de su arquitectura de elección.
Mientras que la economía positiva describe programas, situaciones y condiciones económicas tal y como existen, la economía normativa pretende prescribir soluciones. Los enunciados económicos normativos se utilizan para determinar y recomendar formas de cambiar las políticas económicas o para influir en las decisiones económicas.
Economía normativa frente a economía positiva
La economía normativa puede ser útil para establecer y generar nuevas ideas desde diferentes perspectivas, pero no puede ser la única base para tomar decisiones sobre cuestiones económicas importantes, ya que no adopta un ángulo objetivo que se centre en los hechos y en las causas y efectos.
Los enunciados económicos que proceden del ángulo de la economía positiva pueden desglosarse en hechos determinables y observables que pueden examinarse y probarse. Debido a esta característica, los economistas y analistas suelen ejercer su profesión bajo el ángulo de la economía positiva. La economía positiva, al ser la perspectiva medible, ayuda a los responsables políticos y a otras autoridades gubernamentales y empresariales a decidir sobre asuntos importantes que afectan a políticas concretas bajo la guía de conclusiones basadas en hechos.
Sin embargo, los responsables políticos, los empresarios y otras autoridades organizativas también suelen tener en cuenta lo que es deseable y lo que no lo es para sus respectivos electores, lo que convierte a la economía normativa en una parte importante de la ecuación a la hora de decidir sobre asuntos económicos importantes. Junto con la economía positiva, la economía normativa puede derivar en muchas soluciones basadas en la opinión que reflejan la forma en que un individuo o toda una comunidad retrata determinados proyectos económicos. Este tipo de opiniones son especialmente importantes para los responsables políticos o los líderes nacionales.
Ejemplos de economía normativa
Un ejemplo de economía normativa sería: «Deberíamos reducir los impuestos a la mitad para aumentar los niveles de renta disponible». Por el contrario, una observación económica positiva u objetiva sería: «Basándonos en los datos del pasado, los grandes recortes de impuestos ayudarían a muchas personas, pero las restricciones presupuestarias del gobierno hacen inviable esa opción.» El ejemplo proporcionado es una afirmación económica normativa porque refleja juicios de valor. Este juicio en particular asume que los niveles de ingreso disponible deben ser incrementados.
Las afirmaciones económicas que son normativas por naturaleza no pueden ser probadas o comprobadas por valores fácticos o causa y efecto legítimos. Algunos ejemplos de enunciados económicos normativos son: «Las mujeres deben recibir préstamos escolares más altos que los hombres», «Los trabajadores deben recibir una mayor parte de los beneficios capitalistas» y «Los ciudadanos trabajadores no deben pagar por la atención hospitalaria». Los enunciados económicos normativos suelen contener palabras clave como «debería» y «debería».