La Persona
La persona es uno de los arquetipos que juega un papel muy destacado para la mayoría de nosotros. El personaje se refiere a la máscara social que llevas en público. Es la parte de tu yo consciente que presentas al mundo exterior; es la imagen que deseas presentar a los demás. La persona incluye tus roles sociales y puede verse como una especie de «ropa psicológica» que llevas puesta.
La palabra «persona» viene del latín y significa literalmente «máscara», «cara falsa» o «personaje interpretado por un actor». Este término se utilizaba para las grandes máscaras que los primeros actores griegos utilizaban para representar sus personajes. La función principal de estas máscaras no era ocultar al actor, sino dar información sobre el personaje. Del mismo modo, la persona nos ayuda a «meternos en el personaje» para poder desempeñar el papel que se espera de nosotros. Inevitablemente, el uso de la máscara oculta a la persona que se esconde detrás de ese personaje.
La persona, tal y como la define Carl Jung, se refiere a – «una especie de máscara, diseñada, por un lado, para causar una impresión definida en los demás y, por otro, para ocultar la verdadera naturaleza del individuo»
Carl Jung consideraba que la persona era un segmento de la psique colectiva de los seres humanos, en el que se forma una especie de fachada constituida normalmente para ser adecuada a la sociedad en la que vive el individuo. Hasta cierto punto, esto significa que el individuo puede aparecer como miembro de una raza, clan, clase profesional, etc., y no como un ser humano con sus propias características únicas.
Puede haber varios estantes en la vida de donde los seres humanos tiran colectivamente de las máscaras. Puede ser su ocupación, el grupo religioso en el que ha nacido, sus opiniones políticas, su orientación sexual, por nombrar algunos. Algunos ejemplos de persona, o los papeles que desempeñas, pueden ser profesor, abogado, médico, policía, madre, padre, marido, esposa, etc.
La persona a menudo puede ser crucial para tu desarrollo positivo. Cuando empiezas a desempeñar un determinado papel, tu yo consciente (el ego, como lo llama Jung) empieza a identificarse con él, lo que puede ser importante para el desarrollo de tu personalidad.
Un personaje proporciona cierta previsibilidad en las relaciones sociales. Por ejemplo, los personajes de médico y paciente, o de profesor y alumno pueden ser útiles para saber qué hacer y dónde. Un personaje social viable puede ser necesario para llevarse bien con los demás, para mejorar la comunicación, para crear la impresión que se desea dar y para relacionarse con el entorno mientras se desempeñan los papeles que la sociedad espera de uno. Así, el personaje ayuda al individuo a adaptarse al mundo social externo.